El viceministro de Seguridad de Guatemala, José Portillo, confirmó que los policías responsables de la vigilancia en la funeraria de la zona 1 de la capital, escenario de una balacera que dejó siete muertos y más de una decena de heridos, serán destituidos por incumplimiento de deberes.
Portillo detalló que “ya se presentó ante el Ministerio Público la denuncia penal correspondiente” y que, a nivel interno, el proceso de deducción de responsabilidades administrativas está en curso.
“Recordemos que aquí existe un incumplimiento de sus funciones al no estar en los distintos operativos o los distintos servicios”.

El incidente ocurrió el 29 de julio, cuando se velaban los restos de un presunto pandillero del Barrio 18. Testigos aseguran que los agentes abandonaron el lugar tres minutos antes del tiroteo, lo que facilitó la incursión armada de miembros de la Mara Salvatrucha, quienes habrían atacado con armas de grueso calibre.
El ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, calificó el hecho como un grave error de seguridad y confirmó que los policías involucrados serán expulsados de la institución.
Ofensiva contra las pandillas
Además del proceso contra los agentes, el Ministerio de Gobernación inició una ofensiva para recuperar el control de los centros penitenciarios del país. En un operativo ejecutado el 30 de julio, más de 800 agentes participaron en el traslado de diez líderes de pandillas del Barrio 18 y Mara Salvatrucha hacia la prisión de máxima seguridad Renovación 1.
Entre los trasladados figuran alias ya conocidos, como “El Lobo”, “El Crazy” Y “El Diabólico”, señalados por dirigir operaciones delictivas desde prisión.

“Estamos perfilando a las personas que generan más incidencia criminal en las calles”.
El viceministro de seguridad también informó que Renovación 1 ya se encuentra cerca de su capacidad máxima y que se trabaja en la habilitación de nuevos centros penitenciarios: Renovación 2 y 3.
Las reformas impulsadas por el gobierno buscan, según Portillo, aislar completamente a los cabecillas y evitar que mantengan contacto con sus estructuras criminales.