La Ruta Colonial Transístmica de Panamá fue declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad este sábado por la Unesco, reconociendo su importancia histórica como eje comercial que unió los océanos Pacífico y Atlántico desde el siglo XVI y como antecedente del actual Canal de Panamá.
El anuncio, realizado en el pleno de la Unesco en París, incluye la protección de sitios clave como el Camino de Cruces, San Lorenzo, Portobelo, las ruinas de la primera Ciudad de Panamá y el Casco Antiguo de la capital actual.
“Es un hito histórico para Panamá y para el mundo”, expresó visiblemente emocionada la ministra de Cultura, María Eugenia Herrera, quien destacó que esta designación “respalda el legado panameño como tierra de encuentro, paz y multilateralismo”.
“Esta inscripción representa mucho más que el reconocimiento de una red de caminos históricos: es la validación del rol de Panamá como punto de encuentro de civilizaciones, culturas y economías”, agregó Herrera en su intervención ante la Unesco.
Ruta de más de cinco siglos de historia
Entre los siglos XVI y XIX, el Imperio español utilizó la Ruta Transístmica como corredor estratégico para el transporte de riquezas desde Asia y América hacia Europa. Esta red de caminos y ríos fue construida por los colonizadores para mover mercancías entre las costas del Pacífico y el Caribe mediante mulas y embarcaciones.
El Camino Real Intercontinental, del cual forma parte esta ruta, fue uno de los principales sistemas comerciales coloniales desarrollados por España. Cruces y Real, los segmentos destacados, fueron levantados durante el auge de la colonización, atravesando el istmo por tierra y río.
La Ruta Colonial Transístmica de Panamá no solo representa un testimonio de la infraestructura colonial, sino que también es considerada como la precursora del ferrocarril transístmico y del propio Canal de Panamá. Hoy, estas estructuras continúan posicionando a Panamá como un eje logístico y comercial global.
Además de su relevancia histórica, la inscripción en la lista de la Unesco promete impulsar el turismo cultural e histórico en Panamá, atrayendo visitantes internacionales interesados en el legado colonial y en las rutas patrimoniales de América Latina.