Pandilleros en Guatemala buscan traslados de cárceles para retomar control de extorsiones y homicidios

En Guatemala, el Ministerio de Gobernación enfrenta un nuevo desafío: decenas de reos, vinculados a pandillas, utilizan recursos legales para intentar regresar a las cárceles donde operaban ilícitos. La estrategia oficial busca frenar la violencia que se ordena desde prisión y cerrar el paso a los privilegios que por años fortalecieron a las estructuras criminales.

Los pandilleros más peligros están recluidos en Renovación I.

En el penal de máxima seguridad Renovación 1, ubicado en Escuintla, se han registrado más de 70 solicitudes de exhibiciones personales y traslados presentadas por privados de libertad.

Según las autoridades, estos intentos evidencian la intención de algunos reclusos de volver a centros penitenciarios donde tenían mayor capacidad para coordinar homicidios y extorsiones.

El ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, explicó que la legislación permite a los internos presentar este tipo de recursos cuando consideran que sus derechos son vulnerados.

Sin embargo, aclaró que el Estado también tiene mecanismos legales para proteger a la ciudadanía de los delitos que se ordenan desde las cárceles.

Renonvación I cuenta con extremas medidas de seguridad.

Jiménez detalló que la apertura de Renovación 1 marca una primera fase de un plan estratégico para recuperar el control del sistema penitenciario.

El centro fue inaugurado sobre los restos de la antigua prisión conocida como “El Infiernito” y está diseñado para recluir a internos de alta peligrosidad bajo estrictas medidas de control y vigilancia.

El funcionario indicó que la estrategia está enfocada en separar a los líderes pandilleros, responsables de dar órdenes de violencia a sus estructuras.

“Si queremos frenar los homicidios y extorsiones, debemos debilitar la línea de mando. Por eso trasladamos a cinco cabecillas principales a Renovación 1, aislados entre sí”.

Violencia en los penales

Pese a la infraestructura moderna del penal, con escáneres, circuito cerrado, clínica médica y uniformes obligatorios para los internos, se han reportado casos de corrupción y violencia.

Operativos recientes hallaron teléfonos, armas artesanales y hasta dinero en efectivo dentro del recinto. Investigaciones revelaron que algunos guardias cobraban sobornos diarios para permitir llamadas de extorsión desde el interior.

El Ministerio de Gobernación asegura que el trabajo de inteligencia criminal dentro y fuera de los penales es clave para identificar las estructuras delictivas y frenar su operación.

La estrategia busca no solo limitar la capacidad de las pandillas de operar desde prisión, sino también reducir los índices de homicidios y extorsiones que afectan a miles de familias en Guatemala y tienen impacto regional.

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