El destructor de misiles guiados USS Stockdale (DDG-106) arribó el sábado a Panamá como parte de las operaciones de U.S. Southern Command en el Caribe.
Con su llegada, ya son al menos diez los buques de la Armada estadounidense desplegados en la región, lo que equivale aproximadamente al 13 % de la flota actualmente en servicio activo.
El USS Stockdale, de la clase Arleigh Burke, cuenta con armamento de última generación, incluyendo un láser de estado sólido capaz de neutralizar vehículos aéreos no tripulados (UAVs).
Este mismo destructor protagonizó en enero pasado la intercepción de un dron hutí en Yemen, en medio de una campaña en la que la Marina estadounidense derribó más de 480 UAVs en el mar Rojo y el golfo de Adén.
La Embajada de Estados Unidos en Panamá destacó que la visita refleja la “duradera amistad y estrecha cooperación” entre ambos países.
“Juntos, trabajamos para fortalecer nuestro compromiso compartido de combatir el crimen organizado y la influencia maligna extranjera”, señaló la misión diplomática.
El Stockdale es el tercer buque de guerra estadounidense que llega a Panamá en las últimas semanas. El USS Sampson regresó el pasado 10 de septiembre, mientras que el USS Lake Erie cruzó el Canal interoceánico el 29 de agosto.
La presencia naval coincide con los ejercicios conjuntos entre fuerzas especiales panameñas y estadounidenses, que iniciaron en julio y que incluyen helicópteros UH-60 Black Hawk y CH-47 Chinook.
Estas maniobras buscan reforzar la defensa del Canal de Panamá y otras infraestructuras estratégicas frente a amenazas transnacionales.
La operación se enmarca también en el despliegue de buques de EE.UU. en el Caribe cercano a Venezuela, con el objetivo de combatir el narcotráfico y limitar la expansión de actores extranjeros considerados hostiles por Washington.