El narco hondureño Juan Ramón Matta Ballesteros, considerado uno de los primeros grandes capos del narcotráfico en Centroamérica, falleció a los 80 años en Estados Unidos. La familia confirmó la noticia, aunque la causa de su muerte no ha sido oficialmente revelada.
Matta Ballesteros padecía graves enfermedades que deterioraron su salud durante los últimos años. Entre sus padecimientos se encontraban insuficiencia cardíaca congestiva, demencia tipo Alzheimer y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), además de ceguera parcial y una úlcera sacra avanzada.
Su estado era terminal, según informes médicos penitenciarios. Permanecía bajo asistencia médica constante y completamente dependiente de cuidados especializados.
De los carteles de Medellín y Guadalajara a la prisión en Estados Unidos
Nacido en Tegucigalpa, Honduras, el 12 de enero de 1945, Juan Ramón Matta Ballesteros fue uno de los principales intermediarios del tráfico internacional de cocaína entre Colombia y México durante las décadas de 1970 y 1980.
Su red conectaba al Cartel de Medellín, liderado por Pablo Escobar, con el Cartel de Guadalajara, encabezado por Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo. Coordinaba el transporte aéreo de más del 60% de la cocaína que ingresaba a Estados Unidos.
Su empresa aérea, Setco, fue señalada por presuntamente colaborar en operaciones encubiertas financiadas por agencias estadounidenses durante la guerra fría. Documentos desclasificados indican que la CIA habría protegido sus vuelos para apoyar a los contras en Nicaragua, mientras la DEAintentaba capturarlo sin éxito.
Extradición, condena y protestas en Honduras
El 6 de abril de 1988, Matta Ballesteros fue detenido en Tegucigalpa por agentes estadounidenses y trasladado a Estados Unidos. La acción, considerada ilegal por la ausencia de tratado de extradición entre ambos países, provocó protestas masivas en Honduras.
Durante las manifestaciones, la Embajada de Estados Unidos y varios vehículos oficiales fueron incendiados. La captura marcó un precedente político y judicial en la región, al exponer la influencia del narcotráfico y la cooperación internacional en temas de seguridad.
Matta fue acusado de participar en el secuestro y asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena en 1985. No obstante, en 2018 las autoridades estadounidenses retiraron los cargos por asesinato, manteniendo solo las condenas relacionadas con narcotráfico y lavado de dinero.
Décadas en prisión
Matta Ballesteros cumplía 12 cadenas perpetuas en la prisión federal de máxima seguridad ADX Florence, en Colorado. En 2025, tras 37 años de reclusión, un juez de Los Ángeles ordenó su liberación por razones humanitarias, considerando su delicado estado de salud.
El nombre de Juan Ramón Matta Ballesteros quedó inscrito en la historia del narcotráfico latinoamericano como uno de los fundadores del puente aéreo de cocaína entre Sudamérica y Norteamérica. Su fortuna, estimada en más de $2,000 millones, se construyó sobre una red que involucró a militares, empresarios y políticos en varios países.
Aunque su figura generó rechazo por sus actividades criminales, también fue visto por algunos sectores en Honduras como un benefactor comunitario, lo que le valió el apodo de “Robin Hood hondureño”.
 
  
  
 







