Mientras Panamá y Costa Rica resisten ante la injerencia china, la dictadura de Nicaragua se somete ante Pekín

Centroamérica se divide ante la presión diplomática de China por Taiwán, con Panamá y Costa Rica reclamando, Nicaragua adulando y Honduras rumbo a la ruptura.

bandera de china en Panama

Bandera de China en Panamá.

La controversia diplomática generada en Panamá y Costa Rica por intervenciones públicas de sus respectivas embajadas de China ha puesto en evidencia una creciente división en Centroamérica respecto a la influencia del gigante asiático y su disputa geopolítica con Taiwán.

Mientras ambos países expresaron molestias oficiales por lo que consideran injerencias inaceptables, Nicaragua salió una vez más en defensa absoluta de la posición de Beijing, alineándose sin matices con la narrativa del Partido Comunista Chino en una sumisión extrema.

Los episodios ocurridos entre noviembre y diciembre de 2025 muestran cómo la política interna y externa de la región está siendo afectada por la agresividad china frente a cualquier acercamiento oficial o político a Taiwán, así como por la diversidad de posturas que cada país adopta ante esa presión.

Panamá exige respeto

El primer episodio ocurrió en Panamá cuando, a inicios de noviembre, la Embajada de China exigió a un grupo de diez diputados cancelar un viaje oficial a Taiwán.

La embajadora Xu Xueyuan envió comunicaciones formales y mensajes directos advirtiendo que la visita violaba el principio de “una sola China”, base de las relaciones bilaterales establecidas en 2017, cuando Panamá rompió lazos con Taipéi para reconocer a Beijing.

El presidente José Raúl Mulino se distanció del viaje, afirmando el 13 de noviembre que “no cuenta con el apoyo del Ejecutivo”, pero también rechazó la presión diplomática de la embajada china.

La Cancillería panameña convocó el 19 de noviembre a la embajadora Xu para expresarle su “profunda molestia” por lo que calificó como “un acto de injerencia”.

Lea además: Canciller taiwanés confirma contactos con Nasralla y Asfura y ve posible restablecer relaciones con Honduras  

Presidente de Panamá, José Raúl Mulino junto a Xi Jin Ping de China.

Viaja Taiwán y desafío a China

Pese a las presiones, los diputados viajaron a Taiwán entre el 25 y el 29 de noviembre. Sostuvieron encuentros con parlamentarios taiwaneses, autoridades gubernamentales y empresas tecnológicas, especialmente del sector de semiconductores.

En un comunicado posterior, los legisladores aseguraron que el viaje “no compromete a la República de Panamá en materia diplomática”, describiéndolo como una misión informativa y técnica.

Recordaron además que Taiwán es el segundo destino de las exportaciones panameñas, especialmente de banano, café y productos del mar, un vínculo comercial relevante pese a la ruptura diplomática.

Hasta ahora, no se han registrado represalias de China, aunque el episodio tensó las relaciones y abrió un debate interno sobre la influencia china en el país canalero.

Costa Rica: choque durante la campaña electoral

El segundo incidente ocurrió el 2 de diciembre en Costa Rica, cuando la Embajada de China emitió un comunicado inusualmente severo contra Eliécer Feinzaig, candidato presidencial del Partido Liberal Progresista (PLP).

Feinzaig había propuesto restablecer lazos diplomáticos con Taiwán sin romper los vigentes con China continental, lo que en la práctica sería incompatible con la política de “una sola China”.

La embajada calificó su planteamiento como un “show político” y advirtió al candidato que “no juegue con fuego” ni envíe “señales erróneas” a las “fuerzas secesionistas” en Taipéi.

Lea también: China amenaza a candidato costarricense por proponer relaciones con Taiwán

La embajadora Wang Xiaoyao (izquierda) firma acuerdo con el canciller Arnoldo André. Fotografía: Embajada de China en CR

Rechazo a amenazas chinas

También recordó que Costa Rica rompió con Taiwán en 2007 y que Pekín exige exclusividad diplomática.

Feinzaig respondió rechazando las “amenazas” y defendiendo la soberanía del país: “No aceptamos presiones de nadie”.

Su partido acusó a la embajada de intentar interferir en la campaña electoral de 2026. El episodio detonó un debate nacional sobre el papel de China en la política costarricense, especialmente por la creciente presencia del país asiático en infraestructura, inversión y cooperación técnica desde 2007.

Aunque la Cancillería no escaló el incidente, analistas señalaron que el pronunciamiento chino evidencia una postura más activa —y más dura— en tiempos electorales.

La dictadura Ortega-Murillo sumisa ante China

Mientras Panamá y Costa Rica han marcado distancia ante lo que consideran presiones indebidas, Nicaragua se ha colocado en la posición exactamente contraria.

El 3 de diciembre, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo emitió un comunicado reafirmando de manera contundente “el principio de una sola China” y condenando cualquier forma de “independentismo taiwanés”.

El texto sostiene que “solo existe una China”, que Taiwán es “parte inalienable del territorio chino” y que el Gobierno de la República Popular China es “el único gobierno legítimo que representa a toda China”.

Además, apoya los esfuerzos de Beijing por lograr la “reunificación nacional” y rechaza cualquier interferencia “bajo el pretexto de la cuestión de Taiwán”.

Lea además Embajador de Taiwán: China no cumplió promesas a Honduras y dejó graves daños económicos

Banderas de Costa Rica y China

“Chi cheñol”, dice Ortega

El régimen citó la Resolución 2758 de la ONU como fundamento legal para negar cualquier reconocimiento a Taipéi.

La posición nicaragüense reproduce palabra por palabra la narrativa oficial de Beijing, como parte del estrechamiento de la relación bilateral desde que Ortega rompió con Taiwán en diciembre de 2021.

En diciembre de 2023, China y Nicaragua elevaron su relación a “asociación estratégica”, un anuncio celebrado por Ortega como “el mejor regalo navideño”.

Los vínculos entre ambos países incluyen cooperación en infraestructura, financiamiento, comercio, seguridad y tecnología, convirtiendo a Managua en uno de los socios políticos más fieles de Beijing en América Latina.

Exit mobile version