Entre enero de 2020 y junio de 2025 retornaron al norte de Centroamérica más de 661,900 personas desde Estados Unidos y México, señala un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El informe, titulado Instituciones de gobernanza migratoria en América Latina y el Caribe, detalla que la región experimentó variaciones importantes en estos flujos a lo largo de los últimos cinco años. Durante 2020, cuando la pandemia provocó el cierre de fronteras, se contabilizaron 86,000 retornos; en contraste, en 2024 la cifra ascendió a 123,740, lo que representó un aumento del 44 % respecto al inicio del período.
El Salvador concentra la mayor parte de los retornos en el norte de Centroamérica, con 363,763 personas, equivalente al 55 % del total registrado en los últimos cinco años. Le sigue Honduras con 231,003 retornados (35 %), mientras que Guatemala reporta 67,137 casos, lo que representa cerca del 10 %.
Presiones migratorias de 2025
Las estadísticas de 2025 muestran, sin embargo, una reducción 43 %. Solo entre enero y mayo retornaron 35,232 personas, frente a las 61,998 registradas en el mismo lapso de 2024. Guatemala lidera esta baja con un descenso del 59 %, seguida de El Salvador con 25 % y Honduras con 11 %.
Aunque no se ofrece una explicación directa de la reducción, 2025 ha estado marcado por la política contra la migración de la Administración Trump, quien, a su regreso a la Casa Blanca, prometió una ola de deportaciones. Sin embargo, analistas aseguran que materializar esta promesa de campaña no es del todo fácil por los candados legales y el costo del despliegue de agentes migratorios.
El estudio también evidencia cambios en los perfiles de la población retornada. En el caso de Honduras, el tiempo promedio de permanencia en el extranjero se ha ampliado de manera significativa: para los hombres pasó de 24 a 47 meses, mientras que en las mujeres se triplicó, de siete a 24 meses, señala el reporte del BID.
El documento también advierte que, pese a los descensos registrados en 2025, el retorno seguirá siendo parte estructural del complejo panorama migratorio de la región, caracterizada a la vez por emigración, tránsito y recepción de migrantes.
Además, el estudio señala que, por la “condición geográfica”, Centroamérica es “el principal corredor migratorio del mundo”, ya sea por la dinámica de migración interna de los países, así como los movimientos de tránsito del sur de América o corredor de otras nacionalidades que buscan llegar a Estados Unidos.