El Gobierno de Guatemala denunció el jueves que 15 municipalidades del departamento de Sololá vierten aguas residuales directamente al Lago de Atitlán sin cumplir con el Reglamento de Descargas vigente.
Las descargas, que provienen de servicios domésticos, industriales y públicos, están generando altos niveles de contaminación en uno de los cuerpos de agua más visitados del país.
De acuerdo con el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN), los monitoreos recientes detectaron niveles alarmantes de grasas, aceites, coliformes fecales, nitrógeno total y sólidos suspendidos, todos indicadores de contaminación severa. La institución advirtió que esta situación representa un riesgo ambiental y sanitario para las comunidades que dependen del lago.

Aunque siete de las quince alcaldías cuentan con plantas de tratamiento, las inspecciones confirmaron que muchas de ellas no funcionan correctamente o no tratan todas las descargas.
En municipios como San Marcos La Laguna y San Antonio Palopó, los desechos llegan al lago sin ser procesados. En otros casos, las plantas están fuera de servicio o no reciben mantenimiento.
La hidróloga Sharon Van Tuylen explicó que la acumulación de nitrógeno y fósforo podría provocar un proceso de eutrofización, similar al ocurrido en el Lago de Amatitlán.
Este fenómeno favorece el crecimiento descontrolado de algas, consume el oxígeno del agua y causa la muerte de peces y otras especies acuáticas, afectando también la pesca local y el turismo.

El MARN anunció sanciones administrativas contra las 15 municipalidades involucradas, aunque no especificó los montos ni las medidas de reparación. Expertos ambientales advirtieron que las multas por sí solas no resolverán el problema si no se implementa un plan integral de saneamiento y control permanente de las descargas.
Organizaciones ambientales y vecinos han pedido acciones urgentes para evitar que Atitlán repita el destino de otros lagos contaminados del país. Además de su valor ecológico, este lago es una de las principales fuentes de agua y sustento económico de la región, que depende del turismo, la pesca y la agricultura.