Guatemala enfrenta una grave escalada de violencia en el departamento de Sololá, donde un helicóptero del Estado fue impactado por disparos durante un operativo para evacuar heridos tras enfrentamientos entre grupos armados y fuerzas de seguridad.
El hecho encendió alarmas regionales y evidencia el aumento de la presencia de estructuras criminales con armamento pesado.
Los ataques comenzaron el pasado fin de semana en Nahualá y Santa Catarina Ixtahuacán, 2 municipios vecinos, cuando grupos armados abrieron fuego contra un destacamento militar y una comisaría de la Policía Nacional Civil (PNC), bloqueando carreteras y generando caos en la zona.
Las autoridades guatemaltecas reportan al menos 5 muertos y varios heridos en los enfrentamientos.

En medio del operativo, un helicóptero de la Fuerza Aérea que se dirigía a evacuar soldados heridos fue recibido con disparos, dejando evidentes impactos de bala en su estructura, incluidos los alerones y tren de aterrizaje. Las imágenes publicadas por medios locales muestran los restos de la aeronave tras el ataque con armas de alto calibre.
El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, decretó un Estado de Emergencia en el área afectada por 15 días, una medida que restringe reuniones públicas y permite a las fuerzas de seguridad actuar con mayores facultades para restablecer el orden ante lo que el Ejecutivo describe como “ataques coordinados de grupos criminales para apoderarse de territorios”.

Organizaciones locales y líderes comunitarios han expresado su preocupación por la presencia de grupos armados que operan con armas de grueso calibre y tácticas que superan a las fuerzas tradicionales de seguridad. Aún se investiga la identidad de estos grupos y si tienen vínculos con redes delictivas transnacionales o conflictos internos entre comunidades.
La violencia en Sololá representa un desafío para la estabilidad interna de Guatemala y plantea preguntas sobre la capacidad del Estado para frenar el avance de actores armados no estatales. La respuesta internacional y regional será clave, mientras se mantienen advertencias de precaución para quienes transitan por la carretera Panamericana, eje vital entre occidente y la capital.







