Un microbús del transporte colectivo volcado en la carretera y que dejó 19 heridos, en la periferia de la capital salvadoreña, vuelve a evidenciar que un país que ha sabido combatir a los pandilleros encontrándolos en casi todos los escondites, todavía no ha sido capaz de poner en orden a un populoso gremio de conductores que hacen de la irresponsabilidad su diario vivir y que están a la vista de todos.
El responsable del accidente vial ocurrido la noche del martes en la Carretera de Oro, en Apopa, una ciudad del Gran San Salvador, era un joven de 19 años, que conducía con el “micro” lleno de pasajeros a excesiva velocidad y, como agravante, no posee licencia para manejar.
Aunque el tipo, William Gerardo Martínez fue enviado a una celda y sus pasajeros a hospitales, con heridas de diferente gravedad, queda demostrado que en El Salvador se vive un enorme problema de irrespeto a la ley vial.
Este año El Salvador registraba, hasta junio, casi 500 fallecidos a consecuencia de accidentes viales. En la mayoría, el responsable los provocó por imprudencias (manejar mientras veía el celular, exceso de velocidad, virajes indebidos y otros).
William Gerardo Martínez es el motorista del microbús de la ruta 38, responsable de un accidente de tránsito ocurrido esta noche en la carretera de Oro, donde la coaster volcó.
La inspección determinó que este sujeto conducía a excesiva velocidad y además no posee licencia para… pic.twitter.com/J5PHs9grDd
— PNC El Salvador (@PNCSV) August 16, 2023
Esto es equivalente a una epidemia. Solo en las vacaciones agustinas, del 1 al 6 de este mes, 22 personas murieron, 243 resultaron lesionadas y hubo 430 accidentes.
Cálculos oficiales estiman que el Ministerio de Salud invierte anualmente unos $45 millones en atender a víctimas de percances viales, mientras el Instituto Salvadoreño del Seguro Social invertiría unos $2 millones, con un promedio de $2,000 por paciente.