La mañana de este lunes se confirmó el fallecimiento del tercer estudiante del Instituto Técnico de Administración de Empresas (INTAE) que habría sido encontrado sin vida tras un brutal ataque ocurrido el viernes pasado en la colonia La Pradera, al sureste de San Pedro Sula.
Los tres jóvenes fueron encontrados en un basurero, con signos evidentes de violencia, lo que ha generado repudio entre la población y especialmente en el ámbito educativo hondureño.

Las víctimas fueron identificadas como Brayan Josué Núñez Pineda, de 17 años; Luis Eduardo Cxrdona Miranda, de 17 y Adonys Mejía de 16, este último había sido trasladado en estado crítico a un hospital, donde falleció horas después.
En un inicio se difundió la versión de que los jóvenes salieron a realizar un trabajo en grupo, pero esta hipótesis fue desmentida por la dirección del centro educativo.
José Antonio Alas, director del INTAE, aseguró que los estudiantes pertenecían a diferentes cursos y que los docentes no asignaron ninguna tarea grupal.

“Las tareas se dejan para hacer en casa debido a la situación de inseguridad. No había ningún trabajo que justificara que los jóvenes se encontraran fuera de horario escolar”.
Investigación en curso
Las autoridades de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) trabajan en la recolección de información que permita esclarecer los hechos y dar con los responsables. Lincoln Pacheco, jefe policial, afirmó que las unidades de inteligencia iniciaron un rastreo en la zona y analizan diversas hipótesis.
En tanto, el ministro de Educación, Daniel Esponda, expresó su indignación y condenó enérgicamente el crimen:
“Es un hecho lamentable que enluta a nuestra comunidad educativa. Hemos solicitado acompañamiento a la Secretaría de Seguridad para esclarecer lo ocurrido y reforzar la protección de nuestros estudiantes”.
Organismos de derechos humanos también se pronunciaron. Hugo Maldonado, presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (CODEH), afirmó que hay sectores de San Pedro Sula donde simplemente “no se puede ingresar sin poner en riesgo la vida”.
El activista urgió al gobierno hondureño a implementar políticas que reduzcan los niveles de violencias, especialmente donde los jóvenes están más expuestos.