Honduras importa un alto porcentaje de verduras y frutas desde países vecinos, principalmente Guatemala y Nicaragua, debido a que la producción agrícola nacional es insuficiente para cubrir la demanda interna.
Además, el país depende completamente de las importaciones de harina de soya y maíz amarillo provenientes de Estados Unidos, así como del 90% del arroz que se consume, también se adquieren frijoles, verduras y frutas en el extranjero.
Producción en retroceso
La producción nacional se ha visto afectada por factores como el cambio climático, la incidencia de plagas y los elevados costos de producción, lo que ha provocado un aumento en las importaciones.
Según datos del Banco Central de Honduras (BCH), durante el primer trimestre de 2025 las importaciones de bienes sumaron $4,700.1 millones, lo que representa un aumento del 3% respecto al mismo período del año anterior. El incremento se concentró en alimentos, bebidas, suministros industriales y bienes de consumo y capital.
Verduras de exportación
Guatemala se ha consolidado como el principal proveedor de hortalizas para Honduras, enviando productos como lechuga, apio, brócoli, coliflor, remolacha, zanahoria, cebollín, elote amarillo, suchini, berenjena, repollo morado, pataste verde, habichuela, tomate, chile pimiento, espárragos y repollo, entre otros.
Asimismo, desde Guatemala y Nicaragua se importan frutas como mangos, piñas, papayas, mandarinas, manzanas y bananos.
Otros productos que se compran en la región incluyen mantequilla de Guatemala y Costa Rica, y margarina (excepto líquida) proveniente de El Salvador.
Clamor por incentivos
María Antonia Rivera, directora de la Asociación Hondureña de Agroindustriales (Ashda), instó al gobierno a brindar apoyo real al sector agrícola.
“Debemos incentivar la producción nacional. Tiene que haber acceso a crédito, tasas de interés preferenciales, capacitaciones, mercados seguros y sistemas de riego”, expresó.
Subrayó que se necesita una alianza efectiva entre el Gobierno y los productores para revertir la dependencia del mercado externo.
Por su parte, el informe del BCH señala que Centroamérica exportó hacia Honduras bienes por $707.7 millones, mientras que las importaciones desde la región sumaron 1,083.9 millones, dejando un déficit comercial de $376.2 millones.
Importaciones siguen en aumento
El Sistema de Estadísticas de Comercio de Centroamérica de la Sieca reveló que entre 2020 y 2024 las importaciones de alimentos frescos y procesados en la región crecieron de $325 a $588 millones. En términos de volumen, el crecimiento fue de 284,205 a 390,858 toneladas.
Germán Pérez, exministro de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), explicó que este fenómeno responde a un aumento en el consumo interno impulsado por las remesas, el crecimiento económico, cambios en la dieta y una preferencia por alimentos más saludables.
“El cambio climático ha afectado la producción local, lo que nos hace depender más del mercado externo. Además, influyen factores como precios más competitivos y la demanda de frutas exóticas o productos que no cultivamos localmente”, indicó.
Obstáculos en el campo
Expertos coinciden en que es clave invertir en infraestructura productiva como carreteras, caminos de acceso y tarifas diferenciadas de energía para el agro, también demandan seguridad jurídica para los productores, especialmente frente a las invasiones de tierras.
José Chacón, director de la Federación Nacional de Agricultores y Ganaderos de Honduras (Fenagh), criticó la falta de incentivos para el agro.
“Tenemos que impulsar al sector agropecuario. Banadesa ha ofrecido condiciones favorables, con intereses de hasta el 4 por ciento, pero si el préstamo no llega a tiempo, no sirve de nada”, declaró.
Agregó que la escasez de mano de obra ha llevado a muchos a abandonar la producción de leche y cambiarse a la ganadería de carne.
Un repunte mixto
A pesar del panorama desafiante, el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) de marzo de 2025 reporta un crecimiento del 3.7% en la producción agropecuaria, el tercer mes consecutivo al alza tras una caída en el segundo semestre de 2024.
Este repunte se debe en parte a la buena cosecha de café en el ciclo 2024–2025, beneficiada por precios récord en los mercados internacionales. También se registró un aumento en la producción de granos básicos como maíz y frijol, así como de tubérculos y hortalizas.