En los últimos días, socorristas reportaron el hallazgo de varios cuerpos en la ruta al Atlántico y en la zona 4 de Mixco. Los primeros informes del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) indican que las víctimas portaban tatuajes de la Mara Salvatrucha (MS-13) y algunas tenían antecedentes penales.
Em su momento, el exministro de Gobernación, Francisco Jiménez, explicó que Los Caradura llevan años operando en la venta y distribución de drogas en la capital y otras regiones del país. “Ya tienen el negocio en muchas partes del país, no solo en la ciudad de Guatemala”, afirmó.
Según Jiménez, la MS-13 y el Barrio 18 han intentado apoderarse del negocio del narcomenudeo, lo que habría detonado una serie de homicidios recientes. “Como el mercado es ilegal, la única forma de ganar territorio es eliminando a quien lo controla”, sostuvo el exfuncionario.

La pugna entre pandillas y Los Caradura habría escalado desde junio, cuando uno de los supuestos líderes del grupo, Francisco Edgar Domínguez Higueros, fue asesinado en un edificio de la zona 10. En la escena, las autoridades incautaron más de 153 mil quetzales (casi 20 mil dólares), 2,700 dólares y 540 pesos mexicanos (casi 30 dólares).
Meses después, en septiembre, la Policía Nacional Civil (PNC) y el Ejército ejecutaron más de 90 allanamientos en barrios como El Gallito y Las Calaveras, capturando a 32 personas, incluidos miembros de la Mara Salvatrucha y presuntos integrantes de Los Caradura.
Más de 1,500 policías de comisarías y unidades especializadas con apoyo del Ejército de Guatemala y diferentes fiscalías, realizan más de 90 allanamientos en el barrio “El Gallito”, colonia “Colón Argueta”, asentamiento “Las Calaveras”, zona 3 pic.twitter.com/dRpwI1Gl6a
— PNC de Guatemala (@PNCdeGuatemala) September 7, 2025
Investigaciones anteriores ya habían vinculado al grupo con delitos más allá del narcotráfico. En 2013, InSight Crime los identificó como uno de los clanes de narcomenudeo más poderosos del país, liderado por los hermanos Domínguez Higueros.
Tres años después, un informe de la extinta CICIG los mencionó por sus presuntos lazos con la trata de mujeres para explotación sexual, actividad que desarrollaban en sectores bajo su control junto a pandillas como la MS-13.
Las autoridades ahora temen que el resurgimiento de esta estructura y su disputa con las pandillas tradicionales esté detrás de una nueva ola de violencia en Guatemala, donde el narcomenudeo sigue siendo una de las principales fuentes de poder criminal.
 
  
 







