El Ministerio guatemalteco de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) confirmó oficialmente la detección de la variante K del virus de influenza A H3N2 en el territorio nacional. El primer caso registrado corresponde a una mujer de 24 años que manifestó los primeros síntomas el pasado 7 de diciembre.
Según el reporte oficial, la paciente se encuentra en condición estable y recibe manejo médico ambulatorio, al igual que sus contactos cercanos, quienes están bajo observación.
A nivel regional, países como Costa Rica también han reportado la circulación de este mismo subclado desde mediados de octubre. El Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (INCIENSA) identificó al menos siete contagios tras analizar muestras tomadas entre septiembre y noviembre. En todos los casos detectados, los pacientes presentaron sintomatología leve y ninguno requirió hospitalización, lo que coincide con el comportamiento observado localmente.
A pesar de que en algunos medios de comunicación se ha difundido el término “súper gripe” para describir este repunte, los expertos aclaran que no se trata de un virus nuevo ni de una superbacteria. Es una variante de un virus que ha circulado durante años; sin embargo, se caracteriza por una mayor capacidad de transmisión y por provocar un inicio más temprano de la temporada de gripe en diversas partes del mundo.
La Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) han emitido alertas sobre el aumento global de este subclado específico. Los síntomas reportados incluyen fiebre alta, tos persistente, dolor muscular intenso y fatiga extrema. Aunque la mayoría de los casos son leves, las autoridades advierten que en grupos de riesgo la infección puede derivar en complicaciones graves como la neumonía.
Históricamente, las temporadas de influenza dominadas por el subtipo H3N2 suelen afectar con mayor severidad a las personas adultas mayores. Por esta razón, el sistema de salud hace un llamado especial para extremar precauciones en este sector de la población. No se ha observado un incremento en la gravedad general de los casos, pero la vigilancia epidemiológica se mantiene constante para detectar cualquier cambio en el comportamiento del virus.
EL MSPAS recordó que la principal herramienta de defensa sigue siendo la vacunación, la cual es segura y eficaz contra esta variante, en Guatemala la vacuna está disponible en todos los servicios de salud a nivel nacional, aunque se ha priorizado a niños de 6 a 35 meses, adultos mayores de 60 años, mujeres embarazadas y personas con enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión o cáncer, así como al personal de salud y cuerpos de socorro.
El manejo clínico de la variante K no difiere de los protocolos establecidos para la influenza estacional. Las autoridades recomiendan que, ante la aparición de fiebre, tos, dolor de garganta o dificultad para respirar, los ciudadanos acudan de inmediato a un centro médico. Asimismo, se aconseja retomar el uso de mascarilla en espacios cerrados y evitar aglomeraciones para limitar la cadena de contagios durante las festividades.







