El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, anunció la implementación de una iniciativa para acelerar el retorno de menores migrantes no acompañados que permanecen en centros de atención en Estados Unidos, con el fin de evitar que, al cumplir la mayoría de edad, sean trasladados a centros de detención del ICE y deportados como adultos.
El mandatario explicó que el tema fue abordado recientemente con la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, en el marco de su visita oficial a Guatemala. Hasta el 3 de julio, se reporta el retorno de 22 mil 123 guatemaltecos, de los cuales 1 mil 123 son niños y adolescentes.
“Esta iniciativa representa una alternativa legal, humana y viable para garantizar su regreso en condiciones de dignidad”, expresó Julio Saavedra, titular de la Procuraduría General de la Nación (PGN).
Un plan en 9 pasos
Saavedra detalló que el proceso de atención para menores retornados está diseñado en nueve etapas, basadas en el respeto a los derechos, la dignidad y la autonomía de los adolescentes. El abordaje comienza con la notificación del retorno por parte de las autoridades migratorias estadounidenses y culmina con la reintegración del menor a su entorno familiar y comunitario.
El plan contempla evaluaciones psicosociales, procesos de sensibilización, medidas de abrigo temporal judicial, y la incorporación de los menores a programas sociales y educativos en coordinación con distintas instituciones del Estado.
Úrsula Roldán, directora del Instituto de Investigación en Ciencias Socio Humanistas de la Universidad Rafael Landívar, consideró que la PGN “está cumpliendo con el rol institucional que le corresponde”, y destacó la necesidad de verificar en las comunidades de origen que los menores hayan sido efectivamente reincorporados a sus familias y cuenten con el acompañamiento necesario.
Remesas y respaldo a migrantes
Durante su mensaje, Arévalo reiteró también su apoyo a los guatemaltecos radicados en Estados Unidos, especialmente frente a la implementación del impuesto del 1 % a las remesas.
Recordó que su gobierno sostuvo comunicación con el Congreso estadounidense para advertir sobre los efectos negativos de esta medida, tanto para quienes envían y reciben dinero, como para la economía general del país, una de las causas estructurales que alimenta la migración.
Erick Coyoy, analista económico de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES), consideró que, aunque el gravamen afecta el ingreso disponible, el impacto fue “menor y favorable” en comparación con propuestas anteriores que contemplaban tasas más altas.