El Gobierno de Panamá y más de 30 gremios productivos firmaron el “Compromiso intersectorial por la seguridad alimentaria y la producción nacional”. Este busca la actualización de normas de alimentos en Panamá en un plazo de 6 meses.
La iniciativa involucra al Ministerio de Comercio e Industrias (MICI), el Ministerio de Salud (Minsa) y el Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA). También participan asociaciones de ganaderos, productores y cámaras empresariales.
Objetivo: mayor certeza para el consumidor
El ministro de Salud, Fernando Boyd, explicó que la prioridad es que cada panameño sepa qué consume. “Queremos garantizar que los alimentos sean seguros y nutritivos”, declaró.
El compromiso surge tras denuncias de productores locales sobre el uso de materias primas importadas. Algunos productos como leche en polvo se usan en quesos y otros derivados que se comercializan como productos nacionales. Según los gremios, esta práctica afecta la producción local y confunde al consumidor.
Diferencia entre sucedáneos e imitaciones
En el debate surgió la necesidad de aclarar conceptos: un sucedáneo es un sustituto con características similares al alimento original, mientras que una imitación es una copia que puede inducir a error al comprador.
La nueva normativa exigirá etiquetas claras. Esto servirá para diferenciar productos auténticos de los importados, evitando que imitaciones se vendan como nacionales.
Reglamentos técnicos y metodología de trabajo
El ministro de Comercio e Industrias, Julio Moltó, subrayó que un reglamento técnico es obligatorio. Este protege al consumidor, facilita el comercio justo y fortalece la producción local.
Se instalarán comités técnicos por rubro para revisar los reglamentos actuales, definir ajustes y consolidar propuestas. El cronograma incluye sesiones de análisis entre septiembre y noviembre.
El desafío será que en seis meses las propuestas se traduzcan en reglas claras y mecanismos efectivos de control, que respalden al productor local y garanticen transparencia al consumidor.