Tropas de las Fuerzas de Defensa de Belice (BDF) volverán a patrullar las calles de Ciudad de Belice a partir del miércoles, en respuesta a un repunte de violencia entre pandillas que ha dejado víctimas inocentes y elevado la tensión en comunidades vulnerables.
Tras cinco años fuera de las calles, los soldados de las BDF retomarán sus labores de patrullaje urbano, una decisión tomada por el Consejo de Seguridad Nacional en una reunión encabezada el pasado viernes por el primer ministro beliceño.
El despliegue ocurre luego de múltiples hechos violentos registrados en la zona de Saint Martin, entre ellos el tiroteo que dejó heridos a un niño de dos años y otro de diez. A partir del miércoles, tanto la BDF como la Guardia Costera colaborarán con la Policía Nacional en labores de seguridad.
“Es un momento crítico. Estas balaceras están relacionadas con la escalada de violencia entre dos grupos pandilleriles, aunque hay también asociados de otras pandillas involucrados”, explicó el ministro de Asuntos Internos, Kareem Musa en declaraciones a medios locales.
El ministro añadió que el Grupo de Intervención 3 (GI3) reforzará su presencia en Saint Martin, mientras que la Unidad de Patrulla Especial (SPU) será reubicada en Jane Usher Boulevard.
El ministro también abordó las sospechas de favoritismo hacia una de las pandillas por parte de agentes asignados en esa zona.
“Hay un problema en el ámbito policial conocido como familiaridad. No importa si es real o no, la percepción de parcialidad puede crear tensiones. Por eso tomamos esta decisión”, afirmó Musa.
A pesar de las críticas que comparan la medida con un retroceso en la política de seguridad, Musa defendió el retorno militar. Citó recientes tiroteos con armas de alto calibre, como fusiles .223, y recordó el caso de un oficial que fue herido mientras perseguía a sospechosos armados en el área de Majestic Alley.
“No podemos ignorar el nivel de amenaza que estamos enfrentando. Esto es una respuesta temporal, no una solución permanente”, aseguró el ministro.
Frente a los cuestionamientos sobre posibles represalias por parte de las pandillas ante el incremento de presencia militar, el funcionario fue claro: “Ellos ya han declarado la guerra al Estado. Dispararon contra un agente en servicio. No estamos provocando represalias; estamos tomando medidas preventivas para evitar más víctimas”.