El Departamento de Estado de Estados Unidos endureció su advertencia de viaje para Nicaragua al incluirla en una lista de países con alto riesgo de detención arbitraria, junto con Afganistán, Birmania, Eritrea, Irán, Corea del Norte, Rusia, Siria y Venezuela.
La alerta, emitida el 25 de enero bajo la nueva administración del secretario de Estado Marco Rubio, insta a los ciudadanos estadounidenses a evitar viajar al país centroamericano debido a riesgos de inestabilidad política, violencia y persecución gubernamental.
“Queremos que los ciudadanos estadounidenses conozcan los riesgos y tomen decisiones informadas al viajar”.
“En nuestras advertencias de viaje, utilizamos un indicador de riesgo D para destacar los países que desaconsejamos visitar debido a un riesgo elevado conocido de detención arbitraria e injusta de ciudadanos estadounidenses”, señaló la oficina de Asuntos Consulares en un comunicado publicado en la red social X.
La medida marca la primera acción del Departamento de Estado contra la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo desde la asunción de Rubio como jefe de la diplomacia estadounidense.
La alerta refuerza advertencias previas sobre la creciente militarización del país, evidenciada a inicios de enero con la juramentación de más de 15,500 paramilitares, conocidos como “policías voluntarios”, y el aumento de la represión contra la oposición y la sociedad civil.
Represión y hostigamiento a ciudadanos extranjeros
Desde diciembre de 2024, Washington había recomendado reconsiderar los viajes a Nicaragua, advirtiendo que el régimen sandinista persigue a individuos y organizaciones por razones políticas.
Entre los afectados se encuentran trabajadores de ONG, académicos, estudiantes, empresarios, líderes de la sociedad civil, religiosos y periodistas.
En 2023, el régimen impuso restricciones arbitrarias de entrada y salida a ciudadanos estadounidenses, además de ordenar expulsiones, revocaciones de ciudadanía y arrestos.
Estas acciones, junto con la criminalización del periodismo independiente y la represión sistemática contra la Iglesia católica, elevaron las preocupaciones internacionales sobre el deterioro de los derechos humanos en el país.
El Departamento de Estado advirtió que el gobierno de Ortega puede negar arbitrariamente la entrada o salida de ciudadanos, tanto por vía aérea como terrestre, además de aplicar detenciones injustas contra estadounidenses.
“Los ciudadanos estadounidenses deberían reconsiderar sus viajes a Nicaragua, incluso si se trata de actividades laborales o de voluntariado en organizaciones sin fines de lucro o religiosas”, alertó la institución.
Aislamiento creciente de la dictadura
La advertencia de viaje se suma a las sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea contra funcionarios del régimen y sus allegados, en respuesta a las violaciones a los derechos humanos y la consolidación de un Estado policial en Nicaragua.
Ortega y Murillo han reforzado su control mediante la militarización de las instituciones, el cierre de medios de comunicación independientes y la persecución de voces críticas.
El régimen también ha intensificado sus relaciones con países sancionados como Rusia, Irán y Corea del Norte, lo que refuerza su aislamiento de la comunidad internacional y agudiza las preocupaciones de seguridad en la región.
Estados Unidos reiteró su compromiso con el pueblo nicaragüense y reafirmó su apoyo a quienes han sido víctimas de la represión del régimen.
Mientras tanto, Nicaragua sigue siendo catalogada como un país de alto riesgo para viajeros y continúa bajo la observación de organismos internacionales de derechos humanos.