Un desfile en la prestigiosa Semana de la Moda de París se convirtió en una inesperada controversia internacional cuando el diseñador Willy Chavarría usó la pasarela para lanzar una protesta explícita contra el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) de El Salvador. La puesta en escena —con modelos arrodillados, tatuados y vestidos como prisioneros— simuló lo que, según el artista, representa la “deshumanización de los inmigrantes” y las supuestas violaciones a los derechos humanos en el marco del régimen de excepción impulsado por el presidente Nayib Bukele.
La colección fue presentada en colaboración con la Unión Americana por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) y buscó, según un comunicado de prensa, “hacer referencia directa a las prisiones salvadoreñas que encierran a migrantes deportados y ciudadanos sin seguir el debido proceso”.
Pero la respuesta del gobierno salvadoreño no se hizo esperar. La Secretaría de Prensa de la Presidencia acusó a Chavarría de “glorificar la criminalidad” y “rendir homenaje a criminales recluidos en el Cecot”.
We’re are ready to ship them all to Paris whenever we get the green light from the French government. https://t.co/nN54hHgEd9
— Nayib Bukele (@nayibbukele) June 29, 2025
Incluso el propio Bukele reaccionó con sarcasmo: “Estamos listos para enviarlos todos a París tan pronto como obtengamos luz verde del gobierno francés”, escribió en su cuenta de X, junto a un video del desfile.
La presentación de Chavarría causó revuelo en redes sociales y medios internacionales, pues sus 35 modelos recrearon escenas que recordaron las imágenes ampliamente difundidas de los internos del Cecot: sin camisetas, con los brazos a la espalda y hincados sobre el piso.
El Cecot, inaugurado en 2023, es la cárcel más grande de América Latina y símbolo de la “guerra contra las pandillas” del gobierno de Bukele, que ha capturado a más de 86,000 personas bajo un régimen de excepción desde marzo de 2022. Aunque más de 8,000 han sido liberadas por no encontrarse pruebas en su contra, organismos de derechos humanos han denunciado detenciones arbitrarias, condiciones inhumanas y falta de garantías judiciales.
La polémica por el desfile abre una nueva línea de tensión internacional en torno a la figura de Bukele, que a pesar de las críticas mantiene altos niveles de aprobación popular dentro de El Salvador por la drástica caída de los homicidios. La moda, en este caso, se convirtió en un vehículo de denuncia global —y en un inesperado capítulo político que cruzó pasarelas, cárceles y despachos presidenciales.