Arqueólogos descubrieron la tumba de Te K’ab Chaak, considerado el primer gobernante de la antigua ciudad maya de Caracol, en Belice, revelando nuevos detalles sobre el inicio de una de las ciudades más influyentes de la civilización maya.
La tumba, que data aproximadamente del año 350 d.C., fue localizada por los arqueólogos Dr. Arlen y Dr. Diane Chase, de la Universidad de Houston, quienes han trabajado en excavaciones en Caracol durante más de 40 años junto al Instituto de Arqueología de Belice.
El entierro real fue hallado en las profundidades de Caana o “Lugar del Cielo”, la estructura más alta de Caracol y una de las construcciones más imponentes del mundo antiguo, con una altura de 141 pies que evidencia la grandeza de esta ciudad maya.
“Este es uno de nuestros descubrimientos más importantes. Encontramos al primer integrante de la dinastía. En términos de la historia de Caracol, eso es enorme”, destacó la Dra. Diane Chase. Aunque antes se habían hallado tumbas de personajes de la élite, esta es la primera que coincide con registros jeroglíficos que confirman su identidad como rey.
Dentro de la tumba, los investigadores encontraron valiosas ofrendas y piezas artísticas: máscaras mortuorias de jade en mosaico, cuentas y joyas de jade, vasijas de cerámica con intrincados diseños, huesos tallados, conchas marinas y una vasija decorada con la imagen de Ek Chuah, dios maya del comercio. También sobresalen escenas de prisioneros atados y un rey recibiendo tributos.
Uno de los mascarones de jade podría representar al mismo Te K’ab Chaak, cuyos restos indican que medía aproximadamente 5 pies 7 pulgadas y falleció a edad avanzada, sin dientes, probablemente debido a la vejez.
Caracol, fundada alrededor del año 900 a.C., alcanzó su auge entre los años 600 y 800 d.C., rivalizando con ciudades mayas como Tikal y Calakmul. Con una extensión de más de 75 millas cuadradas, es hoy el mayor sitio arqueológico maya en Belice.
Este es el tercer entierro importante descubierto en Caracol que data de esa época. El primero, hallado en 2009, contenía los restos de una mujer junto a joyas y cerámica; el segundo incluía las cenizas de tres personas junto a cuchillos ceremoniales y objetos de origen mexicano.