Costa Rica superó este domingo 27 de julio la cifra de 500 homicidios en lo que va del año, tras el asesinato de un hombre en la provincia de Limón, según confirmó el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
La víctima, de apellidos Davis Waters, fue baleada por sujetos a bordo de una motocicleta. El hecho ocurrió al costado sur del Cementerio Sur de Limón.
Tras recibir múltiples impactos de bala, al hombre lo trasladaron al Hospital Tony Facio, donde ingresó sin signos vitales.
En la escena del crimen, los agentes judiciales recolectaron al menos siete casquillos calibre 9 mm, lo que refuerza la hipótesis de una ejecución directa, posiblemente relacionada con conflictos criminales, según indicaron fuentes judiciales.
Con este caso, el país suma 500 homicidios en los primeros siete meses del año, cuatro más que en el mismo periodo de 2024, cuando se registraban 496 asesinatos, de acuerdo con datos del OIJ.
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Violencia sostenida en Costa Rica
Costa Rica sufre una ola de violencia ligada, en su mayoría, al narcotráfico y a ajustes de cuentas entre grupos del crimen organizado.
Según el balance regional de InSight Crime, publicado el 26 de febrero, el país centroamericano cerró 2024 como el segundo año más violento de su historia, con una tasa de homicidios de 16,6 por cada 100.000 habitantes, apenas por debajo del récord de 17,2 registrado en 2023.
“El principal detonante de los asesinatos fue la venganza, un motivo directamente vinculado al tráfico de drogas, representando el 70% de los casos”, destaca el informe de la organización especializada en crimen organizado en América Latina.
Con estas cifras, Costa Rica entró en el top 10 de los países latinoamericanos con mayor tasa de homicidios, superando a naciones que tradicionalmente han lidiado con mayores niveles de violencia.
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Sin freno visible
A pesar de diversas estrategias anunciadas por el gobierno para contener la criminalidad, incluyendo operativos policiales y reformas legales, los indicadores de violencia no han mostrado una disminución sostenida.
La mayoría de los crímenes siguen ocurriendo en zonas costeras y urbanas afectadas por disputas territoriales de grupos de narcotraficantes.
El caso más reciente en Limón se suma a una cadena de asesinatos registrados en las últimas semanas, especialmente en zonas como Puntarenas, Alajuelita y Desamparados.
Ahí se ha reportado un incremento de homicidios en circunstancias similares: múltiples disparos, uso de motocicletas para el ataque y víctimas relacionadas con pandillas o redes de microtráfico.
Analistas en seguridad advierten que, de mantenerse la tendencia actual, el 2025 podría cerrar nuevamente con una cifra superior a los 900 homicidios, como en 2023.