Costa Rica está por finalizar la adecuación de un laboratorio especializado para producir mosca estéril, con el objetivo de contener el avance del gusano barrenador, una plaga que ha registrado más de 29,000 casos desde su reaparición.
El ministro de Agricultura y Ganadería, Víctor Carvajal, aseguró que la infraestructura permitirá aplicar métodos de dispersión terrestre para erradicar focos activos.
“Estamos generando la infraestructura necesaria para poder habilitar producción de mosca estéril en pequeñas cantidades, principalmente para dispersión terrestre y control de focos”, afirmó Carvajal, al confirmar que antes no existía en el país una instalación con los requerimientos técnicos y de bioseguridad exigidos para esta operación.
La remodelación del laboratorio, que inició este año, representa una inversión cercana a ¢500 millones (aproximadamente $937,000) y se encuentra en su etapa final. Se espera concluirla en enero de 2026. Posteriormente, se instalarán los equipos y se gestionará con Estados Unidos la entrega del material biológico necesario para iniciar la reproducción. “Nos llevará todavía unos meses más estar listos para la reproducción”, advirtió el funcionario.
Costa Rica no recibe mosca estéril desde julio de 2024, debido a la limitada producción regional, concentrada actualmente en una planta ubicada en Panamá. Esa instalación genera entre 90 y 100 millones de moscas estériles por semana, pero el volumen resulta insuficiente para cubrir la demanda de países como Panamá, Nicaragua, Honduras, Guatemala, México y Costa Rica. Por ahora, los esfuerzos se centran en crear una barrera en territorio mexicano para evitar el avance de la plaga hacia el norte del continente.
El gusano barrenador se mantuvo erradicado en Costa Rica durante 23 años, pero en julio de 2023 reapareció. Desde entonces, el Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) ha registrado 29,116 casos hasta el 13 de diciembre de 2025. Carvajal advirtió que la propagación se ha acelerado por el movimiento comercial de ganado en la región. “En Centroamérica existe una amplia cadena de comercialización de ganado, lo que facilita que la plaga se movilice no solo por vuelo, sino también mediante el transporte terrestre”, indicó.
A la fecha, el Ministerio de Salud ha documentado 96 casos de miasis por gusano barrenador en humanos. Carvajal concluyó que las moscas han desarrollado mayor agresividad y resistencia: “La mosca se adaptó al medio ambiente, como ocurre con muchos animales, y evolucionó”.







