Las autoridades judiciales y policiales de Costa Rica desmantelaron esta semana 2 organizaciones criminales dedicadas al tráfico transoceánico de cocaína, en una operación conjunta con cuerpos de seguridad europeos y bajo la coordinación de la agencia Europol.
Las bandas utilizaban cargamentos de productos lícitos como pulpa de piña, harina de yuca y chatarra para camuflar la droga en contenedores con destino a Europa.
El caso, denominado “Operación Embassy”, culminó este miércoles con 20 allanamientos simultáneos en diferentes puntos del país y la detención de al menos 12 sospechosos, aunque el líder de una de las agrupaciones permanece prófugo, informó el fiscal general Carlo Díaz en conferencia de prensa junto al ministro de Seguridad, Mario Zamora, y el director de la Policía de Control de Drogas (PCD), Stephen Madden.
La investigación, que se remonta a 2023, reveló que al menos 11 empresas costarricenses eran utilizadas como fachada para contaminar contenedores en plantas empacadoras, donde introducían la cocaína en dobles fondos, sistemas de refrigeración o envases mezclados con productos agrícolas como frutas y verduras.
Posteriormente, la droga era embarcada en el puerto de Moín, en la provincia caribeña de Limón, hacia países como España, Portugal, Países Bajos, Alemania y Bélgica.
Gracias al intercambio de información entre la Fiscalía Adjunta contra la Delincuencia Organizada (FAEDO) y cuerpos policiales europeos, especialmente la Guardia Civil española, se logró incautar 3,5 toneladas de cocaína en puertos europeos, y otras 1,9 toneladas fueron decomisadas en Costa Rica, lo que eleva el total incautado a más de 5,4 toneladas.
“Estas organizaciones no solo exportaban droga, sino que construyeron un modelo empresarial para ocultar la actividad delictiva detrás de la legalidad de empresas exportadoras”, explicó el fiscal Díaz.
Las investigaciones determinaron que los grupos operaban desde localidades como Pital, Aguas Zarcas, Boca de Arenal, La Fortuna y Muelle de San Carlos, además de Cartago, San Ramón, El Roble de Alajuela y Limón, entre otras.
Por su parte, David Velázquez, de la Guardia Civil de España, aseguró al medio costarricense CRHoy que fue gracias al perfilamiento de empresas sospechosas y al análisis de patrones de exportación que se logró detectar la red. “En muchas ocasiones enviaban cargamentos limpios, pero cada tanto contaminaban uno, lo que dificultaba la detección”, explicó.
Narcoexportación camuflada en la legalidad
Costa Rica ha sido utilizada en los últimos años como plataforma logística del narcotráfico internacional, aprovechando su infraestructura portuaria, su capacidad exportadora y el aumento del cultivo y tránsito de drogas en América Latina.
Según datos del Ministerio de Seguridad, en 2024 se ha registrado un repunte en las incautaciones de droga oculta en productos agrícolas, particularmente piña y banano.
El ministro Zamora destacó que este tipo de operaciones reflejan la sofisticación de las bandas, que ahora combinan el uso de tecnología, redes comerciales y empresas legales para facilitar el tráfico de drogas, por lo que llamó a reforzar los controles aduaneros y la cooperación internacional.
“Estas no son bandas improvisadas. Son estructuras transnacionales que intentan lavar su actividad criminal con apariencia legal”, afirmó Zamora.
Europol, la Oficina Europea de Policía, fue clave para rastrear los vínculos entre los sospechosos en Costa Rica y sus contactos en Europa, así como para coordinar la localización de los contenedores contaminados.
La operación Embassy es considerada una de las más importantes del año en la lucha contra el narcotráfico costarricense, y se suma a otros decomisos recientes ocurridos en los puertos del Caribe, donde en las últimas semanas se han incautado más de 9 toneladas de cocaína.
La investigación continúa abierta, y se espera que en los próximos días se emitan más órdenes de captura y se congelen los activos financieros de las empresas vinculadas a esta red criminal.
