La ola de homicidios que azota a Costa Rica alcanzó el fin de semana a una de las familias más conocidas y respetadas de la provincia de Limón, a 160 kilómetros al este de San José, la capital costarricense.
El abogado Jermaine Cruickshank, hijo del expresidente de la Asamblea Legislativa, Eduardo Cruickshank, fue baleado la noche del domingo en un local comercial del centro de la provincia caribeña.
El crimen se enmarca en medio de un repunte de violencia que ya suma más de 570 homicidios en lo que va del año y que se acerca a la marca de 600 antes de concluir agosto.
El ataque
Según relató el director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Randall Zúñiga, Jermaine se encontraba en un bar de Limón cuando dos sujetos en motocicleta llegaron hasta el lugar.
Uno de ellos ingresó con casco y ropa deportiva, lo que llamó la atención del abogado, quien intentó alejarse de inmediato.
Sin embargo, le dieron varios disparos en la espalda y la cabeza que le causaron la muerte en el acto.
Los atacantes huyeron de la escena, mientras el cuerpo de la víctima fue trasladado a la Morgue Judicial.
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Investigación en curso
Zúñiga explicó que aún es prematuro señalar un móvil, pero se analiza la “victimología” del caso para descartar factores familiares, personales o patrimoniales.
“En este momento determinar cuál fue la línea que generó la muerte de esta persona es demasiado pronto. Lo que sí tenemos claridad es que este caso vamos a tratar de resolverlo como se han tratado de resolver todos los casos”, afirmó.
Cruickshank, de 40 años, había denunciado recientemente irregularidades en el manejo de unos locales y reportado un robo en su bufete, aunque las autoridades aclararon que no estaba vinculado con estructuras criminales.
El hecho se da en Limón, una de las provincias más golpeadas por el narcotráfico y las redes de sicariato.
Pérdida familiar y luto político
El abogado era padre de dos menores de edad y primo de la actual Defensora de los Habitantes, Angie Cruickshank, quien expresó públicamente su dolor.
Su padre, el exdiputado Eduardo Cruickshank, figura del partido Restauración Nacional y expresidente del Congreso, había fallecido apenas en marzo pasado tras complicaciones médicas.
Jermaine participó entonces en el homenaje póstumo celebrado en la sede legislativa. No estaba vinculado públicamente en la participación política.
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Contexto nacional de violencia
El asesinato ocurre en un momento crítico: Costa Rica registra 571 homicidios hasta el 25 de agosto de 2025, frente a los 553 del mismo periodo del año anterior.
Los datos del OIJ revelan un repunte sostenido en junio, julio y agosto, meses que confirman la tendencia hacia un año con cifras récord de violencia letal.
Las autoridades han documentado en Limón la presencia de grupos de sicarios y hasta entrenamientos ilegales de gatilleros, lo que refuerza la percepción de inseguridad en la provincia.
El crimen contra Jermaine Cruickshank no solo enluta a una familia emblemática de la vida pública costarricense, sino que eleva la alarma nacional sobre la capacidad del país para contener una escalada homicida que amenaza con marcar el 2025 como el año más sangriento de su historia reciente.
