El comisionado anticorrupción de Guatemala, Santiago Palomo, dijo que el gobierno del presidente Bernardo Arévalo encontró un estado hundido en corrupción y que hay indicios de que en la administración de Alejandro Giammattei entre $2,000 y $3,000 millones fueron malversados.
“Estamos intentando navegar en un Organismo Ejecutivo que recibimos en condiciones críticas. Identificamos un patrón al charlar con los nuevos ministros y secretarios: lo describen como una rata muerta en cada gaveta que se abre. Así se definen las condiciones en las que se asumió el Gobierno”, explicó.
“Desembolsos financieros relevantes del 70 % al 90 % (para la construcción de) obras públicas que se encuentran tiradas, como escuelas y carreteras, cuyo avance no supera el 30 % o 40 %”, dijo, para referirse a la forma en que presuntamente operaban los funcionarios de la administración predecesora.
Esto en referencia a la compra presuntamente irregular de vacunas rusas contra el COVID-19, por un valor de 479 millones.
Denunció, además, que el Ministerio Público, llamado a investigar y judicializar todos esos casos, no está comprometido con el combate a la corrupción.
“La Fiscalía no tiene un compromiso real para investigar los casos graves de corrupción, no es una aliada en la lucha anticorrupción, lo que se convierte en un desafío real”, agregó.