En medio del luto mundial por la muerte del Papa Francisco, el cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes ha descartado cualquier posibilidad de convertirse en su sucesor, afirmando que prefiere seguir “tranquilo” en su país, “viviendo en nuestra cercanía, trabajando con nuestra gente”.
El arzobispo de Managua, una de las 2 voces centroamericanas con derecho a voto en el próximo cónclave del Vaticano, ofreció declaraciones a medios de comunicación locales antes de celebrar una misa en memoria del fallecido pontífice en la Catedral Metropolitana de Managua.
Ante la pregunta sobre la posibilidad de que un centroamericano ocupe la silla de San Pedro, Brenes respondió con humor y humildad:
“No, pero mejor que busquen por otro lado. Estoy tranquilo aquí en Nicaragua, viviendo en el barrio Altagracia”.
Y añadió con ironía eclesiástica:
“Hay un dicho que dice que todos los papables que entran al cónclave, salen como cardenales”.
La fuerza de la oración, no de la política
El cardenal Brenes insistió en que el próximo Papa no será producto de maniobras humanas, sino del discernimiento espiritual guiado por la oración.
“La decisión no es exclusivamente de nosotros, como hombres, sino que aquí hay todo un ambiente de oración”, afirmó.
Brenes recordó que antes del cónclave, los cardenales participarán en días de retiro y silencio, claves en el proceso espiritual de elección.
“La sorpresa, el Espíritu Santo, siempre nos sorprende”, dijo, evocando una de las frases preferidas del Papa Francisco, quien decía: “Debemos estar siempre a las expectativas, porque el Espíritu Santo nos sorprende”.
Brenes ha sido cuestionado en los últimos años por su tibieza como jerarca ante los múltiples atropellos de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que ha perseguido a la Iglesia Católica, confiscado propiedades y hasta arrestado sacerdotes, entre ellos monseñor Rolando Álvarez, condenado a prisión y luego desterrado.
Un cónclave histórico
El cardenal nicaragüense dijo esperar indicaciones del decano del Colegio Cardenalicio. De concretarse su participación, será parte del cónclave más numeroso en la historia moderna: 135 cardenales electores, superando el límite habitual de 120, reflejo del número sin precedentes creado durante el pontificado de Francisco.
De esos 135 cardenales, solo dos representan a Centroamérica: Brenes, de Nicaragua, y Álvaro Ramazzini, de Guatemala. Aunque América Latina contará con 24 electores, Europa sigue dominando el Colegio Cardenalicio con 55, de los cuales 18 son italianos.
El cardenal Brenes concluyó sus declaraciones con una exhortación a los fieles nicaragüenses:
“Comencemos a orar para que el Espíritu Santo nos dé a aquella persona, aquel cardenal o algún obispo que él escoja para dirigir la Iglesia católica por otros años más”.