Los accidentes de tránsito en las carreteras guatemaltecas registraron un alarmante repunte en 2025. Entre enero y el 2 de diciembre se contabilizaron 8,101 siniestros, lo que representa 486 casos más que en el mismo periodo de 2024, equivalente a un incremento del 6.4 %, según cifras del Observatorio Nacional de Seguridad del Tránsito (Onset).
El aumento no solo se refleja en el número de incidentes, sino también en sus consecuencias humanas: las muertes viales subieron 5.6 % y los lesionados, un 7.7 %.
Entre los medios de transporte implicados, las motocicletas lideran con el 50.3 % de participación en los accidentes, seguidas de los automóviles (18.9 %), los vehículos tipo pickups (7.8 %) y camionetas (7 %). En conjunto, estos cuatro tipos concentran el 84.4 % de los incidentes viales.
De acuerdo con Fernando Suriano, viceministro de Transportes del Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV), este crecimiento responde a múltiples factores.
“El consumo de estupefacientes, el uso del celular al conducir y el crecimiento del parque vial —que ya supera los 6.2 millones de vehículos— son detonantes claros del alza en percances”, explicó.
Además, Suriano señaló que el estrés urbano y el incremento de la movilidad también inciden directamente: “Más personas, más tránsito y más presión en las rutas del país generan más accidentes”.
Para el funcionario, el país requiere con urgencia campañas de concientización, más allá de la educación vial tradicional. “Lo que hace falta es comunicar lo que realmente implica manejar”, afirmó.
Alto costo humano y económico
Las consecuencias de los accidentes viales no terminan en la carretera. Según el Ministerio de Salud, las atenciones médicas derivadas de estos incidentes pueden llegar a costar hasta Q150,000 (casi $20 mil) por paciente, con un promedio de Q5,000 diarios (unos $650) por hospitalización, lo que representa una fuerte carga financiera para el sistema público de salud.
A la fecha, el Departamento de Tránsito de la Policía Nacional Civil ha emitido 131,609 multas, con un promedio diario de 392 infracciones por distintas ilegalidades en la conducción.
“Si alguien no cumple la ley, debe haber una autoridad que la aplique, que imponga una multa, retire la licencia o actúe cuando corresponda”, enfatizó Suriano. Para él, la acción de las instituciones es clave para proteger la vida de los ciudadanos y frenar esta escalada de accidentes.







