Cada año, Centroamérica gasta más en enfrentar el crimen que en prevenirlo. Las instituciones operan de forma aislada, con políticas de seguridad que se duplican y sin intercambio real de información entre países.
Esa descoordinación, advierten expertos en seguridad, tiene un costo directo: más de 2.000 millones de dólares anuales, equivalentes al 2% del PIB regional. Es dinero que se pierde en operativos repetidos, estructuras paralelas y burocracia ineficiente.
El dato forma parte del estudio “Drugs, Guns and Cash: A Strategic Threat to the Americas”. Este estudio dedica un capítulo completo al “Plan de Acción Regional” para combatir el crimen transnacional y la migración ilegal. El documento sostiene que el istmo enfrenta un mismo enemigo con siete respuestas distintas.
El análisis propone una Estrategia Centroamericana Unificada de Seguridad y Migración, con coordinación a través del SICA. También cuenta con el apoyo del BID y la cooperación técnica de la OEA y la Unión Europea.
Entre las medidas recomendadas se incluye la creación de un Centro Regional de Inteligencia Operativa en Guatemala. En este centro se concentraría información sobre flujos financieros, redes de tráfico y movimientos de migrantes en tiempo real.

El estudio también sugiere estandarizar el control fronterizo con tecnología compartida, crear tribunales especializados en crimen transnacional y establecer extradiciones automáticas entre los países del istmo.
El texto resalta que el sector privado debe incorporarse a la estrategia. Además, propone una alianza con bancos y empresas para detectar lavado de activos, promover la transparencia y reducir la corrupción corporativa.
Además, plantea medidas sociales: programas de empleo juvenil, educación técnica y apoyo a víctimas de trata y desplazamiento forzado, como parte de un enfoque integral para romper el ciclo de pobreza y crimen.
El informe concluye que si no se ejecutan las reformas propuestas, el costo de la inacción superará los 10.000 millones de dólares en los próximos cinco años. En palabras del documento: “sin coordinación, no hay control; y sin control, no hay Estado”.







