Tensión política al desatarse choque entre secretario de Estado y senador por caso salvadoreño y relación con Bukele

Un acalorado cruce entre el secretario de Estado Marco Rubio y el senador Chris Van Hollen marcó la audiencia del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, tras fuertes cuestionamientos sobre la deportación de un ciudadano salvadoreño y los vínculos diplomáticos con el gobierno de Nayib Bukele.

El senador demócrata Chris Van Hollen y el secretario de Estado Marco Rubio, discutieron este martes sobre la deportación de un salvadoreño que está encarcelado.

Una audiencia del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos se convirtió este martes en un escenario de alta tensión política cuando el secretario de Estado, Marco Rubio, fue duramente cuestionado por el senador demócrata Chris Van Hollen. El desencuentro giró en torno a la deportación del salvadoreño Kilmar Ábrego García, la relación con el gobierno de Nayib Bukele, y el manejo de temas clave de política exterior.

Van Hollen, quien ha abogado públicamente por la repatriación de Ábrego —detenido en El Salvador tras ser deportado erróneamente por la administración Trump y confinado en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT)—, reprochó a Rubio haber ignorado una orden unánime de la Corte Suprema para facilitar su regreso.

“Usted ha desobedecido abiertamente las órdenes judiciales… claramente no le importa el derecho al debido proceso ni la libertad de expresión”, fustigó Van Hollen, acusando al secretario de Estado de actuar al margen del marco constitucional.

El legislador demócrata también criticó el acercamiento de Rubio con el presidente salvadoreño, calificándolo como un intento de congraciarse con un mandatario que “se autodenomina el dictador más genial del mundo”.

Rubio, en defensa de su gestión, afirmó que su política exterior está centrada en fortalecer alianzas en la región para frenar la migración irregular y combatir organizaciones criminales transnacionales como la MS-13 y el Tren de Aragua.

“Absolutamente deportamos a pandilleros, incluso al tipo con el que tomaste una margarita”, dijo Rubio, en referencia a Kilmar Ábrego y a una fotografía donde se ve al senador Van Hollen reunido con él en un hotel de San Salvador. Van Hollen negó haber ingerido bebidas y calificó el señalamiento como una difamación sin base.

El intercambio subió de tono al punto que el presidente del comité, el republicano Jim Risch, tuvo que intervenir para llamar al orden en repetidas ocasiones.

Rubio argumentó que ningún tribunal puede obligar al Ejecutivo a revelar detalles de sus comunicaciones diplomáticas. Rechazó que su gestión viole la ley y defendió su derecho a proteger la confidencialidad de los intercambios con gobiernos extranjeros.

“Si comienzo a compartir con los tribunales o los medios lo que discuto con líderes extranjeros, perderíamos su confianza. La diplomacia no funciona así”, afirmó, insistiendo en que ha cumplido con todas las órdenes judiciales que no interfieren con sus funciones diplomáticas.

El encontronazo ocurre mientras Rubio comparece ante el Senado para defender el presupuesto del Departamento de Estado para el año fiscal 2026, que inicia en septiembre. La polémica por el caso Ábrego y los vínculos con Bukele amenaza con convertirse en un tema recurrente en el debate legislativo sobre la política exterior de Estados Unidos en América Latina.

 

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