Cardenal hondureño llama a erradicar el odio y advierte sobre la “politiquería” como adicción social

En un mensaje dominical marcado por el tono crítico, el jerarca católico, Óscar Rodríguez Maradiaga, alertó sobre los peligros que enfrenta el país ante el clima de confrontación política y el debilitamiento de los valores esenciales en plena campaña electoral.

Óscar Rodríguez Maradiaga, cardenal de Honduras.

En medio de un clima preelectoral cada vez más crispado, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez lanzó un mensaje contundente este domingo durante su homilía en la Basílica Menor de Suyapa: Honduras vive una peligrosa normalización del odio, y muchos se han vuelto “adictos” a la politiquería, que definió como un vicio destructivo para el país.

“Hay muchos demonios de odio y ataque en el ambiente”, afirmó el cardenal, aludiendo a los discursos que proliferan en medios y redes sociales con descalificaciones personales, especialmente entre actores políticos. Según Rodríguez, basta con encender la televisión para percibir cómo se ha deteriorado el debate público.

El jerarca católico advirtió que esta tendencia no solo alimenta divisiones sino que refleja una profunda crisis moral. En un momento de su mensaje, relacionó el vacío espiritual con distintas formas de adicción que afectan a la sociedad: drogas, alcohol, consumismo, activismo vacío, evasión… y también la politiquería. “Cuidado con quedar atrapados en eso”, alertó, señalando que esta última se ha convertido en una fuente de frustración, odio y mediocridad.

Su llamado llega a menos de cinco meses de las elecciones generales del 30 de noviembre, en las que más de 6.3 millones de hondureños están habilitados para votar. En esos comicios se elegirá al próximo presidente de la República, junto a tres vicepresidentes, 298 alcaldes, 128 diputados nacionales y 20 representantes ante el Parlamento Centroamericano.

La contienda ha estado marcada por discursos polarizados, ataques cruzados entre oficialismo y oposición, y un ambiente de confrontación que, según analistas, amenaza con debilitar aún más la convivencia democrática.

Rodríguez concluyó su mensaje exhortando a los fieles a no caer en el juego de la polarización política y a actuar con responsabilidad espiritual. “No somos activistas, somos discípulos sinodales de una Iglesia en salida”, dijo, al tiempo que advirtió que la actual crisis política y económica del país es reflejo de una decadencia más profunda.

 

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