La apertura diplomática del régimen comunista de China con la dictadura policial de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua, alienta el incremento de controles tecnológicos para la vigilancia y represión de los órganos de seguridad sandinista contra la población civil, advierten especialistas en derechos humanos y seguridad ciudadana.
Yader Valdivia, miembro del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, explicó que desde esa organización están lanzando una campaña a favor de los derechos digitales de los nicaragüenses, como extensión de los derechos humanos universales, pero en el ámbito virtual, que han sido criminalizados por la dictadura Ortega-Murillo.
Desde 2018 a la fecha, esta organización reconoce que el régimen de Nicaragua ha implementado una serie de medidas represivas contra la ciudadanía por su participación en foros de debates y discusiones en las redes sociales, llegando al extremo de utilizar capturas de pantallas de opiniones como “pruebas penales” en juicios amañados al amparo de la Ley de Ciberdelitos aprobada en 2020 para condenar a periodistas, activistas, opositores y personas en general que opinen contra la cosa pública.
De perseguir en las calles a reprimir en las redes
Valdivia explica que a raíz de la represión sangrienta que ejecutó la dictadura en 2018, el régimen ha ido cerrando organizaciones de la sociedad civil (más de 3,500), medios de comunicación, oficinas de derechos humanos y todo espacio público que permita el intercambio de ideas o la crítica.
Ante esa situación, la ciudadanía se volcó a las comunicaciones grupales y redes sociales para mantener la protesta cívica, pero el largo brazo de la represión sandinista extendió sus tentáculos hacia esos espacios para aplastar toda idea contraria al régimen.
Primero, recuerda Valdivia, modificaron las leyes del Instituto de Telecomunicaciones y Correos para obligar a las empresas prestadores de servicios de internet a entregar la información de sus clientes a los órganos de seguridad del Estado.
Ello les valió sanciones a los funcionarios de entes represivos de la dictadura, incluyendo a su actual directora Nahima Díaz, esposa de un hijo del dictador Ortega e hija del jefe de la policía, también sancionado, Francisco Díaz.
Luego, enumera Valdivia, el régimen aprobó la ley de Ciberdelitos que criminaliza toda información crítica bajo la figura penal arbitraria de “noticias falsas”.
Después empezaron a crear grupos de bots desde las oficinas estatales para atacar a las personas consideradas opositoras y promocionar el discurso de odio de Ortega y Murillo y ahora se lanzaron a vigilar masivamente las redes sociales y las comunicaciones privadas.
Y aquí es donde entra el papel de China
No es casual, dice Valdivia, que, desde diciembre de 2012, cuando la dictadura sandinista traicionó sus vínculos con Taiwán para unirse al régimen comunista de China, se hayan incrementado las acusaciones penales bajo la ley de Ciberdelitos contra decenas de personas consideradas opositoras en Nicaragua.
Esto supone, dice el experto en derechos humanos, que ha aumentado la vigilancia de los espacios virtuales desde el Estado y aunque ya Rusia prestaba servicios de capacitación, herramientas y asesoría para el espionaje digital, la capacidad tecnológica de China vino a reforzar esos controles.
“A inicio de este año se hablaba de investigaciones internacionales que confirman la obtención por parte de Nicaragua del sistema ruso para espionaje, en un contexto de Nicaragua en un contexto de violaciones a los derechos humanos ¿Para qué sirven? Reforzar los controles de espionaje cibernético”, señala.
En efecto, el informe Alianzas peligrosas, el avance de Rusia en América Latina, del Instituto de Estudios Estratégicos Nacionales (INSS), de la Universidad de la Defensa Nacional de los Estados Unidos, reveló en diciembre de 2021 que el régimen de Daniel Ortega-Rosario Murillo utiliza desde 2018 el software ruso Sistema Operativo de Actividades Investigativas (SORM), para actos de espionaje en Nicaragua.
“Esta tecnología de control social es parte del modus operandi del Kremlin, extendido en Latinoamérica para apoyar a los regímenes más nefastos, pero también para expandir y captar más países de la región”, dijo a Diálogo, Jorge Serrano, experto en seguridad y miembro del equipo de asesores de la Comisión de Inteligencia del Congreso de Perú.
A criterio de Valdivia, China ha facilitado tecnologías de este tipo a Nicaragua a cambio de concesiones de Nicaragua de su territorio para espiar a otros países de América Latina.
Con China “no hay comunicación segura”
“Cuando ves que países como Estados Unidos, Costa Rica y Colombia han denunciado estos globos chinos que han sobrevolado sus espacios, y han hecho denuncias de que son software de vigilancia y observar que Nicaragua tiene una estrecha relación con China, estás dándote cuenta de que de que son aliados peligrosos y que tienen experiencia en esta temática”, dijo Valdivia.
En una transmisión en vivo desde San José, sobre derechos digitales, Valdivia junto a Christian Hidalgo Derecho, experto en Protección de Datos Personales, Derechos Digitales y Ciberseguridad desde un enfoque de Derechos Humanos, alertaron del aumento de riesgos para las comunicaciones personales de la ciudadanía en Nicaragua con la presencia de China apoyando el espionaje sandinista.
“Con la presencia de China en Nicaragua no hay comunicación segura. Ellos han desarrollado buenas competencias para espiar incluso a Estados Unidos y Europa. Los ciudadanos nicaragüenses deben educarse y prepararse en seguridad digital para evitar ser víctimas de espionaje y de violaciones a sus derechos humanos”, dijo el activista de derechos humanos.
Territorio a cambio de herramientas de espionaje
“Rommel”, un nicaragüense experto en seguridad ciudadana que viene monitoreando desde hace años el tema del apoyo ruso y chino a Nicaragua, también coincide en que la dictadura de Ortega ha recibido apoyo tecnológico de China para asuntos de espionaje y control social.
“No olvidemos que el único fin de Ortega con sus relaciones diplomáticas con países del eje del mal internacional, como Rusia, China, Irán y Corea del Norte, no es otro que el conseguir recursos y herramientas para perpetuarse en el poder ¿a cambio de qué? De su espacio territorial en el corazón de América para que estos países puedan espiar a Estados Unidos y otros países aliados del continente”, dice Rommel.
El experto señala que Nicaragua ha prestado su territorio a Rusia para crear una estación satelital, una base de espionaje y para capacitar a policías, militares y civiles en asuntos de inteligencia, contrainteligencia y espionaje social.
“Eso es público. Nicaragua manda cada año a capacitarse a Moscú a policías y militares en nuevas tecnologías que luego usan para la persecución y represión civil, pero ahora con la alianza con China, Ortega ha aumentado sus capacidades tecnológicas para rastrear datos, interceptar comunicaciones, descifrar claves, grabar conversaciones, imágenes, hackear redes, sitios y dispositivos.
Además que ya hace China contra sus ciudadanos y contra países que son competencia económica o militar”, dice Rommel.
El viejo e insano sueño de Ortega contra EE.UU.
El experto retoma la denuncia de Estados Unidos sobre la existencia de una base de espionaje china en Cuba para vigilar centros estratégicos estadounidenses.
“Una situación como esa es la que sueña Ortega, servir como peón de los intereses chinos contra Estados Unidos ¿Y cómo lo puede lograr? Otorgando su territorio a los chinos a cambio de tecnologías de espionaje y represión”, señala Rommel.
El experto en seguridad ciudadana dice que China solo tiene interés geoestratégico en Nicaragua por dos razones: una para explorar y explotar sus recursos naturales y dos, usar su territorio como plataforma para espiar a la región.
A cambio de eso, señala, China otorga discrecionalmente tecnología, asesorías y recursos a los aliados sin demandar transparencia, respeto a los derechos humanos o consideraciones ambientales.
“Yo he intentado rastrear dentro del sistema de comercio internacional la transferencia de tecnologías y equipos chinos a Nicaragua, pero no aparecen registro, de modo que ya sabemos cómo actúa China y sobre todo, la falta de transparencia y escrúpulos de Nicaragua en violación de derechos”, dice el experto.
Amenazas chinas están por todos lados
¿Es amenaza China desde Nicaragua para el resto de los países de la región?, se le preguntó al experto, quien respondió: “Nicaragua es apenas uno de muchos países que ha abierto su territorio a China. De modo que la amenaza ya no es solo Nicaragua, sino cada país que tiene relación con China”, expresó.
Para él, todo país que tenga una alianza con China y le abra sus puertas ya es una amenaza para la seguridad regional de Estados Unidos “y es una tendencia regional en aumento”.
Los antecedentes de espionaje en Nicaragua son amplios y verificados en diversos medios.
Sólidas evidencias de espionaje y control digital en Nicaragua
En febrero de este 2023, un informe de Alianzas Peligrosas: “el avance de Rusia en América Latina”, elaborado por Douglas Farah y Marianne Richardson para el Instituto de Estudios Estratégicos Nacionales de la Universidad de Defensa Nacional, reveló que la plataforma cibernética de vigilancia NTC PROTEI es utilizada en Nicaragua para ejercicios de espionaje en WhatsApp, redes sociales y sitios web.
En abril del año en curso, un informe del gobierno de Estados Unidos reveló el método de espionaje del régimen de Daniel Ortega hacia organizaciones no gubernamentales, opositores, periodistas y miembros de la Iglesia católica en Nicaragua.
El informe “Prácticas de derechos humanos 2022: Nicaragua” reveló que “las ONG nacionales, los representantes de la Iglesia católica, los periodistas y los miembros de la oposición alegaron que el gobierno monitoreaba sus conversaciones telefónicas y por correo electrónico”, así mismo, representantes católicos declararon que “sus sermones fueron monitoreados”.
El informe señala que medios y periodistas han sufrido de “vandalismo, incautación de equipos de transmisión, ataques cibernéticos y cargos penales por difamación”.
Aunado a ello, el régimen “utilizó granjas de troles para amplificar sus propios mensajes o atacar sitios web de medios independientes”.
“Hubo informes fidedignos de que el gobierno supervisó las comunicaciones privadas en línea sin la autoridad legal adecuada y, en algunos casos, restringió o interrumpió el acceso a internet o censuró el contenido en línea. Los medios independientes informaron que el gobierno brindó apoyo logístico a las granjas de trolls que habitualmente realizaban ataques cibernéticos contra los sitios web de los medios de comunicación de la oposición y las cuentas de las redes sociales”, revelan.
“Varias ONG afirmaron que el gobierno supervisó su correo electrónico y su actividad en línea sin la autoridad legal adecuada. Partidarios pagados por el gobierno utilizaron las redes sociales y los espacios de comentarios en sitios web para hostigar a miembros destacados de la sociedad civil, defensores de los derechos humanos y periodistas reconocidos”, resaltan en el documento.
En octubre de 2018, una investigación del diario israelí Haaretz, publicó que la dictadura Ortega-Murillo compró a empresas tecnológicas privadas israelíes programas de espionaje y recolección de inteligencia, que se apropian de toda la actividad de un teléfono inteligente, como la ubicación del usuario, sitios que visita y los contactos personales.
Además, estas herramientas tecnológicas pueden convertir al equipo en un dispositivo de grabación secreto.
En 2017, el Instituto Citizen Lab de la Universidad de Toronto, Canadá, incluyó a Nicaragua entre los países latinoamericanos que espían a sus ciudadanos, en base a investigaciones estadounidenses y de expertos en seguridad cibernética.