El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, inicia este sábado 1 de febrero una gira estratégica por cinco países de Centroamérica y el Caribe, en lo que se perfila como una de las visitas diplomáticas más significativas de la administración Trump en su segundo mandato.
Panamá, El Salvador, Costa Rica, Guatemala y República Dominicana serán los escenarios donde el emisario de Washington buscará afianzar la agenda de seguridad, migración y cooperación económica, en un contexto marcado por el resurgimiento de tensiones geopolíticas y el fortalecimiento de la influencia china en la región.
Sin embargo, la omisión de Nicaragua y Honduras en el itinerario de Rubio no es casualidad. Mientras el régimen de Daniel Ortega en Managua enfrenta crecientes sanciones y aislamiento internacional por violaciones a los derechos humanos, la administración de Xiomara Castro en Tegucigalpa ha optado por estrechar lazos con China y Venezuela, alejándose de la órbita de influencia estadounidense.
Con la lupa puesta en el crecimiento de la presencia china en infraestructura clave –como el Canal de Panamá y la creciente inversión en telecomunicaciones y energía– la visita de Rubio busca reforzar la alianza de Estados Unidos con gobiernos alineados con Washington y consolidar la política de nearshoring como un dique frente al avance de Beijing.
Los objetivos de Rubio en cada país visitado
Panamá: la batalla por el control estratégico del Canal
La primera escala de Rubio será en Panamá, un punto neurálgico en la estrategia geopolítica de Estados Unidos. Washington ha manifestado preocupación por la creciente influencia de empresas chinas en la gestión de infraestructura clave, incluyendo puertos y proyectos energéticos.
El tema del Canal de Panamá será central en las conversaciones con el presidente José Raúl Mulino, quien, si bien mantiene una postura proestadounidense, ha dejado en claro que no cederá en la soberanía de la vía interoceánica. Además, la crisis migratoria a través del Tapón del Darién, por donde miles de migrantes intentan llegar a EE.UU., será otro punto de fricción, con la posibilidad de que Washington incremente la presión sobre Panamá para reforzar los controles fronterizos.
El Salvador: Bukele, seguridad y pragmatismo en la relación con EE.UU.
Rubio aterrizará en un El Salvador que ha cambiado radicalmente en la última década. Con una política de seguridad de mano dura, el presidente Nayib Bukele ha logrado reducir drásticamente los índices de criminalidad, convirtiéndose en un aliado estratégico para Washington en la lucha contra las pandillas y el crimen organizado.
La visita buscará afianzar acuerdos de cooperación en seguridad, pero también reactivar la posibilidad de implementar un nuevo acuerdo de Tercer País Seguro, que permitiría a EE.UU. enviar a El Salvador a migrantes que buscan asilo. Este tema será delicado, ya que podría generar rechazo dentro de la opinión pública salvadoreña.
Costa Rica: China, la alianza comercial y la presión para contener la crisis nicaragüense
En San José, Rubio se reunirá con el presidente Rodrigo Chaves para abordar dos temas clave: el incremento de la inseguridad debido al crimen organizado y la crisis migratoria derivada de la represión en Nicaragua.
Costa Rica ha sido un refugio para miles de exiliados nicaragüenses, lo que ha generado tensiones económicas y sociales. Washington buscará fortalecer la cooperación en materia de ciberseguridad y control migratorio, además de promover inversiones para consolidar a Costa Rica como un centro de nearshoring en manufactura tecnológica, en un esfuerzo por reducir la dependencia de China.
En sus planes de extirpar a Nicaragua del Acuerdo de Libre Comercio, Estados Unidos podría negociar con San José el incremento del intercambio comercial para que Costa Rica asuma la producción qué Nicaragua dejaría ausente al salir del Cafta.
Guatemala: una nueva era con Bernardo Arévalo
Con la llegada de Bernardo Arévalo a la presidencia de Guatemala, Washington tiene una oportunidad para reconstruir una relación que se había deteriorado en los últimos años. Arévalo ha expresado su interés en fortalecer los lazos con EE.UU. y mantener el reconocimiento diplomático a Taiwán, una decisión que lo alinea con la política exterior estadounidense en su rivalidad con China.
Rubio buscará garantizar la continuidad de los vuelos de deportación de migrantes y explorar oportunidades para integrar a Guatemala en cadenas de suministro estadounidenses, fortaleciendo la estrategia de nearshoring.
República Dominicana: el frente caribeño contra China y el caos en Haití
En Santo Domingo, Rubio se reunirá con el presidente Luis Abinader, cuyo gobierno ha sido señalado como un modelo de estabilidad y crecimiento en la región. La relación entre EE.UU. y la República Dominicana ha crecido en los últimos años, especialmente en materia de inversión y cooperación en seguridad.
Uno de los principales temas en la agenda será la crisis en Haití, que ha generado un éxodo migratorio sin precedentes. EE.UU. podría presionar a la República Dominicana para que asuma un papel más activo en la gestión de esta crisis, además de fortalecer acuerdos de inversión que reduzcan la dependencia dominicana de China.
¿Por qué Nicaragua y Honduras están fuera de la gira?
La exclusión de Nicaragua y Honduras de la gira de Rubio es un mensaje claro de la Casa Blanca sobre el rumbo que han tomado ambos países.
En el caso de Nicaragua, el régimen de Daniel Ortega ha intensificado la represión contra la oposición y la sociedad civil, mientras fortalece sus lazos con Rusia, China e Irán. Washington ha implementado sanciones económicas y políticas, pero la falta de interlocutores viables dentro del régimen ha llevado a un congelamiento en las relaciones diplomáticas.
Trump ha bajado la calificación de seguridad de Nicaragua a niveles de países en guerra, afectando su industria turística mientras busca cómo extirparlo del acuerdo comercial.
Honduras, por su parte, ha tomado distancia de EE.UU. desde que Xiomara Castro estableció relaciones diplomáticas con China en 2023 y ha fortalecido su alianza con el bloque bolivariano liderado por Venezuela.
Su gobierno también ha sido criticado por debilitar la institucionalidad democrática, lo que ha generado tensiones con Washington.
La ausencia de estos dos países en la agenda de Rubio indica que Washington considera que no hay margen para el diálogo en el corto plazo y que las acciones futuras podrían centrarse en sanciones y aislamiento diplomático.
Lo que viene: más presión para Nicaragua y Honduras
La visita de Rubio a Centroamérica y el Caribe marca una clara línea divisoria en la región: por un lado, países que buscan estrechar lazos con Washington y atraer inversión estadounidense; por el otro, regímenes que se alinean con China, Rusia y Venezuela, alejándose de la influencia estadounidense.
Para Nicaragua y Honduras, la ausencia de Rubio no significa que estarán fuera del radar de Washington. Al contrario, podrían enfrentar un endurecimiento de sanciones y medidas de presión para aislar aún más a sus gobiernos. En el caso de Nicaragua, las restricciones económicas podrían ampliarse, afectando sectores clave como el financiamiento internacional y las exportaciones.
Honduras, en cambio, podría ver bloqueados acuerdos de cooperación si continúa fortaleciendo su relación con China y Venezuela. La administración Trump podría endurecer su postura en materia de migración, restringiendo visas y asistencia financiera.
La gira de Rubio confirma que Centroamérica sigue siendo un campo de disputa geopolítica entre EE.UU. y China. Para los países que visitará, el mensaje es claro: alinearse con Washington traerá beneficios económicos y cooperación en seguridad. Para los ausentes, la presión y el aislamiento parecen ser el camino que la administración Trump ha elegido.