Como ya es casi regla en la política hondureña, donde los debates públicos suelen terminar con al menos uno de los participantes con los pelos de punta —y el resto con el ceño fruncido—, el expresidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), Eduardo Facussé, y el ministro de Recursos Naturales y Ambiente, Lucky Medina, protagonizaron este lunes un acalorado intercambio televisivo que combinó argumentos tributarios con dardos personales y hasta insultos.
El tema central era la polémica Ley de Justicia Tributaria, un paquetazo para los empresarios, pero bastaron unos minutos para que la discusión pasara de tecnicismos fiscales a epítetos directos.
Medina defendió la propuesta gubernamental como una herramienta necesaria para equilibrar la carga fiscal. “Todos debemos pagar impuestos según nuestra capacidad. Los que más tienen, deben aportar más”, afirmó con tono firme. Además, criticó las exoneraciones históricas otorgadas a empresas y sectores privilegiados, calificándolas como un foco de desigualdad que debe corregirse.
Facussé, conocido por no andarse con rodeos, respondió con vehemencia y cuestionó la coherencia del discurso oficial. “¿Por qué no me contestan lo de Isis Cuéllar (diputada oficialista involucrada en el mal manejo de fondos estatales con fines partidarios), que todavía está en el Congreso ganando sueldo?”, reclamó.
#LAENTREVISTA🎤| FUEGO CRUZADO🔥 🗣️Medina: “Una gran mentira que don Eduardo Facussé fue que dijo que todos somos hermanos en este país (…) Yo no soy hermano de delincuentes”.
🗣️Facussé: “Un momentito. A mí no me digás delincuente, pendej…”. 👇📡EN DIRECTO:… pic.twitter.com/620VyAUYal
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Medina, algo más contenido hasta ese momento, le devolvió la pelota: “Pregúntele al Congreso Nacional, nosotros no somos el Ministerio Público”.
La tensión fue escalando como impuesto sin deducción, y el verdadero quiebre ocurrió cuando Medina respondió a una afirmación de Facussé sobre la unidad nacional: “Una gran mentira que don Eduardo Facussé dijo fue que todos somos hermanos en este país (…) Yo no soy hermano de delincuentes”.
El comentario encendió la mecha. Facussé, visiblemente molesto, interrumpió: “Un momentito. A mí no me digás delincuente, ¡pendejo!…”, dejando a la audiencia entre el asombro y la risa incómoda.
Aun con el ambiente más cargado que un recibo de luz en verano, Medina continuó explicando que si bien la reforma busca justicia fiscal, su implementación debe ser cuidadosa para no afectar la competitividad de las empresas.
#LAENTREVISTA🎤| 🗣️Facussé: “Ellos hablan de pureza, son hombres íntegros, pero quiero recordarles lo de Sedesol. El Ejecutivo tomó una decisión magnífica, canceló al ministro por pícaro”. 👇
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“Si se suben los impuestos de golpe, algunas podrían irse del país o reducir operaciones. Eso afecta el empleo y a toda la economía”, advirtió.
También subrayó la necesidad de proteger a los sectores más vulnerables y usar los nuevos recursos con transparencia.
Facussé, por su parte, insistió en que no se puede hablar de integridad si el Ejecutivo no limpia su propia casa. “Hablan de pureza, pero quiero recordarles lo de Sedesol (secretaría de Desarrollo Social). El Ejecutivo canceló al ministro por pícaro. Una buena decisión, pero también una prueba de que no todo está limpio”, remató.
El cruce entre ambos terminó sin reconciliación a la vista y con un aire que olía más a batalla campal que a diálogo fiscal. En Honduras, donde hasta una reunión vecinal puede terminar en debate encendido, este nuevo episodio confirma que cuando se habla de política y dinero, lo técnico dura poco y lo personal no tarda en estallar.
Y así, entre llamados a la equidad y gritos de “¡no me digás pendejo!”, el debate tributario sigue su curso en Honduras, donde la ley sigue engavetada en los archivos legislativos… con una audiencia que ya sabe que en estos shows siempre alguien termina despeinado.