La primera dama de Guatemala, Lucrecia Peinado, negó este viernes que se encuentre exiliada en México, como lo afirmó recientemente el presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves. Peinado explicó que está fuera de su país por motivos personales y por su participación en reuniones oficiales en el marco de sus funciones diplomáticas.
Durante una entrevista con el programa A Primera Hora, de Emisoras Unidas, la esposa del presidente Bernardo Arévalo detalló que actualmente se encuentra en México, desde donde partirá hacia otros destinos para cumplir una agenda que incluye reuniones con primeras damas y asuntos personales.
Peinado indicó que tras participar en una cumbre en Panamá con otras primeras damas, regresó a México para atender actividades personales. Posteriormente, tiene previsto un viaje a Europa para continuar con compromisos oficiales, además de dedicar unas semanas a su hijo, quien reside en esa región.
“La afirmación del presidente Chaves es incorrecta. No tengo ninguna situación de exilio. Me solidarizo con las personas que sí han sido forzadas a dejar el país por causas espurias”, expresó Peinado, quien calificó de “desafortunada” la declaración del mandatario costarricense.
En relación a los comentarios difundidos en redes sociales, la primera dama guatemalteca afirmó que no se siente acosada ni amenazada. Peinado enfatizó que es ella quien paga sus viajes personales cuando no se encuentra en un horario laboral.
“No leo mucho lo que se publica, pero sí respondo personalmente a quienes me escriben. No me siento acosada por netcenters”, aclaró.
Peinado también descartó haber sentido algún riesgo durante su estadía en Guatemala. Subrayó que se mantiene enfocada en su labor social, particularmente en proyectos dirigidos a la primera infancia, el adulto mayor y personas con discapacidad.
“Estoy tan agradablemente ocupada que no hay tiempo para imaginar peligros donde no los hay”, aseguró.
Finalmente, enfatizó que sus decisiones están motivadas por razones prácticas y personales, alineadas con sus funciones como primera dama. “No hay nada tangible que indique amenazas. Estoy muy tranquila”, concluyó.