El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, negó este jueves de manera contundente que su gobierno esté considerando permitir la instalación de bases militares de Estados Unidos o de otra potencia en el país, al tiempo que rechazó cualquier posibilidad de compartir la administración del Canal de Panamá, como ha sugerido recientemente el expresidente estadounidense Donald Trump.
“No sé de dónde sacan estas cosas, no hay ninguna carta de ninguna índole, ni ninguna petición de nada con relación a semejante propósito”, declaró Mulino en conferencia de prensa, en respuesta a rumores sobre una supuesta carta enviada por Washington que ofrecía dos opciones: la administración compartida del canal o la instalación de tres bases militares estadounidenses.
“No habrá bases militares de ninguna potencia, sea Estados Unidos o de cualquier otra parte del mundo, en Panamá; el tratado de neutralidad se respeta y el único país con derecho a tener presencia militar en Panamá o base militar es la república nuestra”, recalcó.
El mandatario panameño enfatizó que su gobierno no traicionará la historia de Panamá ni la lucha del país por recuperar su soberanía territorial.
“Mi gobierno no puede ir contra la historia; este país luchó para desmantelar las bases militares norteamericanas en nuestro territorio”, afirmó.
Además, reafirmó el compromiso del país con el Tratado de Neutralidad del Canal de Panamá, señalando que “el único país con derecho a tener presencia militar en Panamá o base militar es la república nuestra”.
Las declaraciones de Mulino surgen en medio de una creciente tensión diplomática, luego de que en diciembre pasado Donald Trump afirmara públicamente que “va a recuperar el canal”, e incluso no descartara el uso de la fuerza. Según Trump, existe una presunta injerencia china en la operación del canal, algo que las autoridades panameñas han negado en reiteradas ocasiones.
La controversia se da mientras Kevin Marino Cabrera, nominado por Trump como nuevo embajador de Estados Unidos en Panamá, compareció esta semana ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado. Durante la audiencia, Cabrera calificó al canal como “un activo estratégico crucial para el comercio global” y se comprometió a trabajar bajo la doctrina de “Estados Unidos Primero” para garantizar su neutralidad y seguridad.
En su declaración, Cabrera celebró la decisión del gobierno panameño de retirarse de la Iniciativa de la Franja y la Ruta impulsada por China, y advirtió sobre los posibles riesgos de la presencia tecnológica de Pekín en Panamá, especialmente en la ciudad de Colón. También expresó preocupación por las grúas portuarias suministradas por el gobierno chino, que podrían comprometer la infraestructura crítica del canal.
El Canal de Panamá, inaugurado por Estados Unidos en 1914 y traspasado al control panameño en 1999, continúa siendo un punto geoestratégico clave para el comercio internacional y, se ha convertido en una pieza en disputa en medio de tensiones entre Estados Unidos, China y gobiernos aliados en América Latina.