El sacerdote Frutos Valle, de 80 años, con medio siglo de dedicación a la vida sacerdotal, fue secuestrado ayer por la Policía Nacional, según denunció la abogada e investigadora Martha Patricia Molina.
Valle, nombrado Administrador Ad Omnia por el Vaticano, padece múltiples enfermedades y, según Molina, durante su traslado de Somoto a Managua, fue interrogado y posiblemente sometido a tortura psicológica, una práctica habitual de la guardia sandinista.
Tras el interrogatorio, Valle fue llevado a una casa de formación religiosa donde permanece bajo estricta vigilancia policial.
Este acto se inscribe en el contexto de la creciente persecución religiosa en Nicaragua, donde el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha intensificado sus acciones contra la Iglesia Católica y sus representantes.
Molina, conocida por su trabajo en defensa de los derechos humanos y la libertad religiosa, subraya que estos hechos evidencian la estrategia de silenciamiento y represión que el gobierno nicaragüense ejerce contra quienes consideran opositores, utilizando tácticas de intimidación y violación de derechos fundamentales.
La comunidad internacional ha manifestado su preocupación por la situación en Nicaragua, donde la libertad de culto y expresión están cada vez más amenazadas bajo el régimen Ortega Murillo, según develó esta semana un informe de expertos de Naciones Unidas.
La detención del padre Valle es un claro ejemplo de la represión sistemática que sufren los líderes religiosos en el país, dijo Molina.
El hecho ocurre menos de 24 horas después de que el régimen impidiera una ordenación sacerdotal en Matagalpa al norte de Nicaragua.