El tema del encarcelamiento de monseñor Rolando Álvarez por la dictadura de Nicaragua, y las gestiones por su libertad, sigue en agenda de el Vaticano, confirmó el papa Francisco a un medio religioso español.
El sumo pontífice admitió escuetamente que el Vaticano sigue “tratando de negociar” con el régimen de Nicaragua para lograr la excarcelación del obispo nicaragüense, condenado a 26 años de prisión por negarse al exilio forzado.
Nueva Vida: ¿Y en Nicaragua? ¿Qué más se puede hacer por el pueblo y por el obispo encarcelado, Rolando Álvarez?
Papa: seguimos, estamos tratando de negociar.
Vida Nueva: en su reciente encuentro con Lula da Silva en el Vaticano, ¿le pidió que intercediera ante Daniel Ortega para poder liberar al obispo?
Papa: Sí, se lo pedí.
Álvarez cumple este 4 de agosto, exactamente, un año de encarcelamiento tras haber sido secuestrado por la fuerza policial y desaparecido 100 días, antes de aparecer en una sala penal del centro de torturas policiales El Chipote, en Managua.
Luego la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo quiso obligarlo a exiliarse junto a 222 presos políticos más, pero el obispo de la diócesis se negó a abandonar el país.
Los jueces de Ortega lo condenaron un día después a 26 años de cárcel.
El presidente brasileño anunció el pasado 22 de junio en Roma, tras reunirse con el Papa Francisco, que intentaría convencer a Ortega de liberar al obispo.
En una rueda de prensa al término de su visita a Italia y Vaticano, Lula explicó que lo único que quiere la Iglesia católica en Nicaragua es que liberen al obispo Álvarez para que pueda viajar a Italia y consideró que su encarcelamiento ha sido “un error” de Ortega.
“Yo hablaré con Ortega para que le puedan dar la libertad porque es necesario aprender a pedir perdón (…) y reconocer este error”, dijo Lula, que se entrevistó un día antes con el Papa Francisco durante 45 minutos en el Vaticano.
Lula aseguró que será”un trabajo de paciencia” pero que él tiene mucha e intentará conseguirlo.
El primer acercamiento entre el Vaticano y la dictadura sandinista ocurrió en julio pasado, pero se frustró luego que el obispo rechazara su exilio forzado y al contrario, demandara la libertad de 7 sacerdotes más y exigiera la liberación de las cuentas congeladas a la Iglesia, el cese de los ataques contra la institución y la libertad de más de 60 presos políticos de la brutal dictadura sandinista.