El dictador nicaragüense Daniel Ortega recibió este miércoles en Managua al canciller ruso Serguéi Lavrov, ante quien aseguró que no le temía a las sanciones recibidas por Estados Unidos.
Lavrov llegó a Managua como parte de una gira latinoamericana que incluye a Brasil y sus aliados Cuba, Venezuela y Nicaragua.
“Nos sentimos contentos hoy y muy honrados que se encuentre en Nicaragua precisamente hoy que estamos conmemorando el Día de la Paz. Es un día en el que logramos darle una derrota más a la agresión imperialista”, le dijo Ortega a Lavrov, en referencia al 19 de abril de 2018, fecha en que estallaron las protestas antigubernamentales en las que la dictadura nicaragüense dejó más de 300 muertos y cientos de miles de exiliados.
Lavrov le respondió diciendo que “Es un gran avance que el pueblo nicaragüense ha podido proteger su derecho de la independencia, de decidir independientemente. Esperamos que todo el desarrollo de Nicaragua va a ser basado en las decisiones del pueblo y no en las intromisiones de afuera”.
Ortega aprovechó para repetir su diatriba antiestadounidense y antieuropea y recordó que el día anterior había cancelado el plácet diplomático al embajador de la Unión Europea tras un pronunciamiento en el que acusó a la dictadura de Managua de violar sistemáticamente los derechos humanos.
“La Unión Europea sacó un pronunciamiento acusando de que para estas fechas nosotros habíamos cometido crímenes, es decir queriendo dictar lecciones, le habíamos aprobado el plácet al embajador de la Unión Europea, entonces sacamos una declaración con el Canciller en donde se comunicaba que ellos que han sido los que mayor daño le han provocado a este pueblo desde que invadieron todas estas regiones, las colonizaron, las esclavizaron, cometieron genocidio contra los pueblos originarios. Dada las circunstancias nosotros le retiramos el plácet al embajador”, dijo Ortega.
Además, Ortega se quejó que Estados Unidos sancionó este miércoles a tres jueces por violaciones a los derechos humanos contra opositores políticos y el obispo Rolando Álvarez.
“Ya tenemos centenares de compañeros sancionados, eso ya no nos provoca ningún temor, ninguna preocupación a los compañeros que son sancionados”, afirmó el dictador.
Lavrov le respondió diciendo que “las personas que están bajo sanciones en Rusia piensan que eso es un reconocimiento de sus avances en la protección de los intereses de Rusia”.
Durante el encuentro estuvieron presentes Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, además su hijo Laureano Ortega y los ministros de Relaciones Exteriores y Hacienda, Denis Moncada e Iván Acosta.
Nicaragua y Rusia reactivaron sus relaciones de cooperación económica y militar en 2007 con el retorno al poder de Ortega, un antiguo aliado de Moscú desde la revolución sandinista de 1979. En esa época, Rusia fue el principal financista del régimen sandinista y el principal proveedor de armas de la dictadura.