Nicaragua ha logrado establecer un estrecho vínculo político con Irán que no se ha materializado en mayor intercambio comercial o de inversiones. Sin embargo, la coordinación de asuntos de estados se efectúa al mayor nivel posible y tiene a dos funcionarios de mayor confianza de Daniel Ortega, uno de ellos es su hijo. Irán, por su parte, pretende aumentar su influencia en Centroamérica
Una revisión a la información oficial de Nicaragua sobre su relación con Irán arrojó que no existe ningún tipo de intercambio comercial o de cooperación bilateral, pública o privada entre ambas naciones; pero, a nivel político la república islámica ha profundizado su influencia sobre el gobierno de Daniel Ortega.
En momentos que Nicaragua espera la llegada, esta semana, del presidente de Irán, Ebrahim Raisi, anunciada recientemente por la vicepresidenta Rosario Murillo, Centroamérica 360 indagó en los informes del Banco Central (BCN), Centro de Trámites de las Exportaciones (CETREX) y otras instituciones públicas, para evaluar la profundidad de las relaciones bilaterales, y se encontró que Irán no ha comprado ni un dólar en productos nicaragüenses, ni ha otorgado financiamiento al sector público y privado en conceptos de donaciones o préstamos en los últimos cuatro años.
Al contrario de esa república islámica, Iraq ha comprado productos nicaragüenses. De acuerdo con la información estadística del CETREX, entre enero y febrero de este año, los iraquíes importaron productos nicas por el orden de los 9 millones de dólares. La compra iraquí sufrió una reducción del 92.9 por ciento con relación al mismo período del 2022; aun así, Iraq mantiene una relación comercial directa con Nicaragua.
La arquitectura de las relaciones bilaterales
A pesar de que Irán no es una fuente de ingresos para Nicaragua, ambos países mantienen una colaboración política fluida. Las relaciones bilaterales pasan por una estructura del más alto nivel y sus funcionarios pertenecen al núcleo íntimo de poder de Daniel Ortega.
En la cúspide de esta estructura se encuentran Laureano Ortega Murillo, actual asesor presidencial de inversiones, y el libio nacionalizado nicaragüense Mohamed Ferrara Lashtar, conocido como “el sobrino de Gadafi”.
Aunque Lashtar fue nombrado hasta en 2016 como “ministro asesor y delegado del presidente para África, Medio Oriente y Países Árabes”, por medio del decreto presidencial 228-2016, lo cierto es que, de acuerdo con fuentes consultadas y que prefirieron omitir sus nombres por seguridad, este funcionario ha desempeñado un papel importante en el desarrollo de las relaciones con Irán desde el 2007, cuando Ortega asumió su primer mandato presidencial.
Ese año, se puedo observar a Lashtar recibir a la delegación iraní en el Salón Diplomático del Aeropuerto Internacional de Managua y atenderlos de forma directa, según la fuente. Junto a él llegaba también Laureano y el mismo presidente de Nicaragua.
La presencia del libio aparentemente incomodó a los iraníes y, según la misma fuente, Ortega los calmó al supuestamente decirles: el compañero Lashtar tiene el nivel y la autorización suficiente para tratar cualquier asunto con la comunidad árabe en nombre del gobierno de Nicaragua y pondrá suficiente atención a los asuntos bilaterales entre Nicaragua e Irán. Además, a nivel ejecutivo y para las cuestiones de las inversiones que Irán quiera hacer en Nicaragua, desde hoy tiene a su disposición al compañero Laureano Ortega Murillo”.
A pesar de la crisis política y el conflicto armado en Libia, para entonces aún gobernaba Muamar El Gadafi, quien mantenía una tensión con Irán por lograr mayor influencia en el mundo árabe.

Vuelos para mostrar el país
En el 2012, luego de la toma de posesión, de Ortega para su segundo período consecutivo de gobierno, Laureano y Lashtar iniciaron viajes en helicóptero con iraníes. El objetivo era sobrevolar distintas zonas del país, a razón de despertar el interés de inversión iraní; quienes —según las conversaciones de ese entonces en los corrillos de la Cancillería- los persas se habían interesado en la zona norte y más boscosa del departamento de Matagalpa, así como la zona del Caribe Sur, principalmente el área ubicada al noreste del río san Juan de Nicaragua. Los iraníes dejaban muy en claro que lo que a ellos les interesaba eran extensas zonas con bosques milenarios y con abundantes ríos. También enfatizaban en que tales zonas no tuvieran historial de quemas forestales; ya que querían lugares vírgenes e impenetrables.
Es de esta manera cómo Lashtar y Laureano llegaron a convertirse en los principales operadores de los persas en Nicaragua.
Numerosos convenios bilaterales
Desde entonces, Nicaragua e Irán han suscritos al menos 14 convenios y acuerdos bilaterales en materia de desarrollo económico e inversiones en agricultura e industrias. La mayoría de ellos no se conocen, pero algunos han salido a luz por la prensa oficial.
Dos de estos acuerdos llaman la atención. El primero se denomina Acuerdo de Promoción y Protección Recíproca de Inversiones entre Irán y Nicaragua, suscrito en Teherán el 10 de agosto del 2019 y aprobado por la Asamblea Nacional nicaragüense el 18 de septiembre de ese año.
A pesar de que el acuerdo se refiere a protegen inversiones recíprocas privadas, hasta ahora no se conoce que inversionistas privados iraníes hayan realizado alguna. Solo se sabe de una supuesta adquisición de una finca en Matagalpa, sobre la carretera El Tuma-La Dalia, y que, de acuerdo con vecinos, varios iraníes producen carne de cordero y productos agrícolas. Sin embargo, los datos de esta compra y de propiedad de esta, son un secreto de estado.
El segundo convenio se denomina Acuerdo de Programa de Cooperación Integral entre el Gobierno de la República Islámica de Irán y el Gobierno de Nicaragua, firmado en diciembre del 2022 por los cancilleres Denis Moncada y Hossein Amir Abdollahian.
A pesar de los diversos convenios, la indagación apunta a que los mismos no se han concretizados y que la suscripción de estos no pasan más allá de ser meros actos políticos.
Un área de mayor secreto
Sin embargo, existe un área de negocios que podría ser la clave en este asunto: el petróleo y sus derivados. Aquí aparece un segundo hijo de Daniel Ortega que podría estar manejando los hilos tras bambalina porque sobre él pesa una sanción del gobierno de los Estados Unidos: Rafael Ortega Murillo, conocido como “el zar del combustible en Nicaragua”.
Nicaragua e Irán han sostenido diversas reuniones bilaterales para permitirle al gobierno de Ortega el acceso del combustible iraní.
La más reciente reunión, según el portal digital oficial El 19, ocurrió a mediados de mayo. Se trató de un encuentro entre el entonces embajador de Nicaragua en Irán, Isaac Bravo Jaen, y el gobernador de la provincia de Bushehr, Mohammadi Zadé.
De acuerdo al reporte oficial, “en el fraternal encuentro realizado el 11 de mayo, se conversó acerca del establecimiento de rutas de colaboraciones comerciales de la provincia de Bushehr con Nicaragua”, lo que probablemente se traduzca en triangulaciones y logísticas para evadir las sanciones de los Estados Unidos al combustible de Irán.

La visita de Rezai
Una visita controversial que Nicaragua recibió en enero del 2022 fue la de Mohsen Rezai, el vicepresidente iraní de Asuntos Económicos, con quien también se establecieron acuerdos de inversión y desarrollo.
Rezai está imputado como uno de los autores del atentado en 1994 a la mutua judía AMIA, Argentina. Requerido por la justicia internacional llegó a la toma de posesión para un cuarto período presidencial de Daniel Ortega.
De acuerdo con otras fuentes consultadas, “la delegación de Rezai como enviado especial es el resultado del área más fuerte en las relaciones Irán-Nicaragua. Esta relación es básicamente la economía, precisamente en el ámbito de la inversión privada. Lo que Rezai vino a hacer a Nicaragua fue a reunirse con Ortega para explorar o profundizar relaciones de cooperación económica ya establecidas”, explicó la fuente bajo condición de guardar su anonimato por seguridad.
Según la fuente, los iraníes pretenden invertir fuerte sumas de dinero en el sector energético de Nicaragua, el campo donde los Ortega Murillo, hijos de Daniel y Rosario, dominan. Los giros de negocios más importantes en este campo son los de la producción y distribución de energía eléctrica y la importación y distribución de combustibles derivados del petróleo.
“La misión específica de Rezai fue la de establecer áreas de inversión privada y, por eso, fue el único delegado oficial de gobierno que sostuvo una reunión privada con Daniel Ortega”, dijo la fuente.
Esto ha preocupado a la comunidad internacional, principalmente a los Estados Unidos que monitorea de cerca esta iniciativa. Varios medios estadounidenses, entre ellos el New York Times, han revelado que Irán es un financiador de organizaciones terroristas como Hezbolá. Aparentemente Rezai, a pesar de su cargo oficial, no ha dejado de tener relaciones con este grupo.
Hezbolá fue creada y entrenada por la Guardia Republicana iraní y recibe dinero y armas de Irán, según varios reportes del Servicio de Investigación del Congreso de los Estados Unidos (CRS, por sus siglas en inglés).
Un dato que subrayó la fuente para reforzar su argumento fue la composición de la delegación que acompañó a Rezai en enero de este año: Mohammad Bagher Khodadadi, alto asesor del vicepresidente de Asuntos Económicos; Mohammad Said Najafi, jefe de Protocolo y Programa del Viaje de la Presidencia iraní; Reza Nazar Ahari, asesor del canciller y director general para América de la Cancillería de Irán; y Amin Sharí, encargado de asuntos Protocolarios Aeroporturacios y del Vuelo. En Managua se le sumaron Majid Salehi, embajador de Irán; y Parviz Mansouri Asl, ministro concejero de ésa sede diplomática.
Cuatro meses después de la llegada de Rezai, otro miembro importante del gobierno iraní aterrizaba en Managua. Se trataba de Javad Owji, ministro del Petróleo y quien llegó con una oferta tentativa: una inversión de 6 mil 500 millones de dólares para la construcción de una enorme refinería de combustible en Puerto Sandino, exactamente en las instalaciones del complejo industrial El Sueño Supremo de Bolívar, cuyas obras iniciales fueron financiadas e inauguradas por el extinto presidente venezolano Hugo Chávez en julio del 2007.
El régimen de Ortega había ofrecido a Rezai “revivir” la refinería que Chávez había prometido, pero que no se completó. Esa refinería fue financiada en un primer momento por la empresa Petróleos de Venezuela SA (PVDSA), sancionada por el gobierno de los Estados Unidos.
Según se ha anunciado oficialmente, los 6 mil 500 millones de dólares comprenderían los costos de la refinería, un oleoducto interoceánico, una planta de recepción, almacenamiento y distribución de hidrocarburos, plantas de llenado y distribución de gas licuado de petróleo, y una planta petroquímica.
La refinería tendría capacidad para refinar 150.000 barriles de crudo diarios, de los que Nicaragua consumirá 50.000 barriles y el resto se exportará a Centroamérica, según el Gobierno. Pero aún no hay evidencia de que todas estas inversiones o inicio de obras hayan iniciado.
La cooperación militar
Durante la visita del canciller iraní Hossein Amir Abdollahian, en febrero pasado, Irán volvió a reafirmar sus promesas de inversión en Nicaragua. El mensaje fue el mismo, apoyar al desarrollo de Nicaragua en materia económica y de producción. Sin embargo, un elemento nuevo surgió en esta visita: la cooperación militar.
De acuerdo con una publicación del New York Times, que cita informes de inteligencia, revela que el canciller iraní sostuvo una reunión con los principales jefes militares del Ejército de Nicaragua para explorar una posible cooperación en seguridad.
“…el informe de inteligencia, con fecha del 23 de febrero, señala que la delegación, encabezada por el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Hossein Amir Abdollahian, se reunió con altos oficiales del ejército de Nicaragua. Según el informe, los comandantes le dijeron a Amir Abdollahian que Nicaragua se oponía a los “percibidos esfuerzos estadounidenses por expandir su influencia en América Latina y expresaron tener la voluntad de comprometerse con Teherán y otros países con ideas afines”, asegura la publicación.
De corroborarse, esta sería la primera vez en que el tema de la cooperación militar se conversa entre ambos países. Según algunos especialistas, si la relaciones bilaterales enfocadas en la cooperación y la inversión ya inquietan a algunos países, como los Estados Unidos, el intercambio en materia militar podría convertirse en “la gota que derrama el vaso”.