La Camara de Industria de Guatemala (CIG) expresó su profunda preocupación ante la propuesta de presupuesto para el año 2025 que actualmente se discute en el Congreso de la República. La iniciativa presenta un incremento superior al 28% en comparación con el presupuesto del año anterior, lo que ha generado inquietud debido a la falta de un enfoque claro en las necesidades reales de inversión del país.
Una de las mayores alarmas planteadas por los representantes industriales es el déficit fiscal proyectado en el presupuesto, que alcanzaría un 3.1 % del Producto Interno Bruto (PIB).
Este nivel de déficit es considerado riesgoso, ya que supera el umbral del 2 % que, según expertos, es el límite seguro para mantener la estabilidad macroeconómica del país.
Superar este umbral podría desencadenar graves consecuencias, como un aumento en la inflación, que afectaría directamente el costo de vida, especialmente los precios de la canasta básica familiar.
La preocupación es aún mayor al considerar el historial de estabilidad macroeconómica de Guatemala, que ha sido clave para atraer inversión extranjera y fomentar el crecimiento económico sostenido. Un desajuste en las finanzas públicas podría socavar esta estabilidad, lo que afectaría las expectativas de crecimiento y podría disuadir a los inversionistas, tanto locales como internacionales.
Los representantes del sector industrial también han señalado que es inaceptable que el presupuesto proponga un uso elevado de los impuestos pagados por los guatemaltecos, además de recurrir a la deuda, para financiar gastos de funcionamiento del Estado que no están directamente vinculados a proyectos o acciones que generen resultados tangibles y beneficiosos para la población.
Ante este escenario, el sector industrial ha hecho un llamado a los diputados del Congreso de la República para que realicen una evaluación exhaustiva y responsable del proyecto de presupuesto. Instan a los legisladores a garantizar que el presupuesto para el 2025 sea prudente, equilibrado y que no ponga en riesgo la salud fiscal del país, la estabilidad macroeconómica y el futuro de las generaciones venideras.
“Es fundamental que el presupuesto no solo contemple un aumento en el gasto, sino que esté alineado con políticas públicas que promuevan el desarrollo económico y el bienestar de la población”, señalaron los representantes de la industria en un comunicado.
Este mensaje llega en un momento crítico, cuando el país enfrenta desafíos económicos globales y locales que requieren de una gestión fiscal responsable y estratégica para asegurar el crecimiento y la prosperidad a largo plazo.