La dictadura de Nicaragua ejerce una creciente presión a periodistas independientes en Nicaragua para reclutarlos como informantes del Estado, denunció este lunes la Fundación por la Libertad de Expresión y Democracia (FLED) en su III Informe Trimestral 2025.
En su reciente informe titulado ‘Gobierno Ortega-Murillo intenta reclutar a periodistas independientes como «orejas y soplones» del Estado’, la FLED documenta testimonios de comunicadores nicaragüenses que continúan en el país y que han sido presionados por agentes policiales y allegados al régimen para que entreguen información sobre sus colegas y otros opositores.
De acuerdo con los relatos recopilados por FLED, los periodistas han sido sometidos a intensos interrogatorios en diversas zonas del país. Estos agentes han exigido información sobre otros comunicadores, generando un clima de hostilidad y miedo.
Una periodista, quien relató su experiencia, explicó que fue secuestrada por agentes del gobierno, quienes la interrogaron en una camioneta mientras mostraban documentos con información personal, pagos y contratos de medios en el exilio.
Amenazas y chantajes
“Es evidente que existe un aparato de espionaje digital y redes de troles que monitorean cada movimiento en redes sociales”, afirmó.
Otro testimonio revela que una comunicadora fue amenazada con el despojo de sus bienes si no entregaba información sobre periodistas exiliados en Costa Rica.
Ante las amenazas, la periodista se ha visto obligada a cambiar de domicilio por motivos de seguridad.
En este contexto, la FLED alerta sobre la intensificación de los métodos de intimidación y espionaje por parte del gobierno de Ortega-Murillo, que buscan silenciar la labor periodística independiente en el país.
Un periodista identificado como Mateo relató haber sido perseguido constantemente, incluso después de abandonar Nicaragua, lo que le ha impedido retomar su trabajo en el exilio.
“La persecución no cesa, incluso desde fuera del país, lo que hace imposible realizar mi trabajo como periodista”, indicó.
En otro caso, un periodista relató que, tras haber sido visitado por agentes policiales que le ordenaron abandonar el país, en septiembre las condiciones cambiaron.
Se le permitió quedarse bajo la condición de que aceptara convertirse en informante del régimen. Con una madre enferma bajo su cuidado, el periodista expresó sentirse “al borde del colapso” debido a la presión constante.
A lo largo de estos relatos, se revela que el régimen de Ortega-Murillo ha implementado una serie de tácticas de control, como obligar a los periodistas a firmar diariamente en la delegación policial, a espiar a sus colegas y a actuar como informantes sobre sus vecinos.
Las amenazas y presiones han llegado a tal nivel que algunos periodistas temen por sus vidas y su libertad.
Quieren espías, no periodistas
Una periodista explicó cómo fue amenazada respecto a sus viajes de trabajo a Costa Rica, y presionada para convertirse en espía, no solo de sus compañeros periodistas, sino también de sus propios vecinos.
“Me dijeron: ‘Vos sos periodista y sabés lo que los demás hacen o dicen, entonces hacé eso; de lo contrario, no podés estar más aquí’”, contó.
Finalmente, otra comunicadora detalló cómo se le obliga a presentarse a diario en las oficinas de la Policía para firmar un libro de actas, describiendo a Nicaragua como “una cárcel a cielo abierto”.
La FLED señala que estas acciones del régimen son un claro intento por silenciar a los periodistas independientes y crear un clima de miedo e impunidad en Nicaragua.
La organización reitera su condena a la represión de la libertad de prensa y hace un llamado a la comunidad internacional para que se tomen medidas ante esta creciente violación de los derechos humanos.
