El expresidente panameño Ricardo Martinelli, condenado a más de 10 años de prisión por lavado de dinero, abandonó este sábado la embajada de Nicaragua en Panamá, donde permanecía desde el 7 de febrero bajo asilo, y partió rumbo a Colombia tras recibir asilo político por parte de ese país.
La Cancillería panameña informó oficialmente que el gobierno colombiano, mediante una nota enviada por el presidente Gustavo Petro al presidente panameño José Raúl Mulino, otorgó asilo a Martinelli.
En respuesta, el Gobierno de Panamá concedió el salvoconducto requerido para que el exmandatario pudiera salir del país de manera segura.
“El Gobierno de la República de Panamá concedió el salvoconducto necesario para la pronta y segura salida del asilado, el ciudadano panameño Ricardo Alberto Martinelli Berrocal, expresidente de la República de Panamá, por medio de un aeropuerto local”, indica el comunicado oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores.
La salida del exmandatario se produjo después de semanas de tensión, luego de que se frustrara un intento previo de viajar a Nicaragua, en medio de discrepancias diplomáticas con el régimen de ese país. Finalmente, fue Colombia la nación que concretó su asilo.
El gobierno panameño subrayó que la decisión se enmarca en el respeto a las normas del derecho internacional y en cumplimiento de la Convención sobre Asilo de 1928 y la Convención sobre Asilo Político de 1933, instrumentos suscritos por Panamá, Nicaragua y Colombia.
Martinelli había buscado asilo en la embajada nicaragüense para evadir una condena judicial, y su salida del país marca un nuevo capítulo en la prolongada crisis política y judicial que ha rodeado su figura en los últimos años.