Mientras el país exige respuestas sobre seguridad, corrupción y economía, los líderes políticos parecen haberse matriculado en una novela de horario estelar titulada “Pasiones de campaña: El regreso del cheque fantasma”. El nuevo capítulo de este drama político-electoral lo protagonizan Enrique Reina, Jorge Cálix e Iroshka Elvir, en un triángulo más enredado que los guiones de un K drama.
La trama, por si usted va llegando tarde al episodio, gira en torno a un viejo préstamo de 5,000 lempiras ($192) que, según el diputado liberal Jorge Cálix, el actual candidato a designado presidencial por Libre, Enrique Reina, nunca le pagó. Reina, por su parte, insiste en que no solo mandó el cheque, sino que lo duplicó a 10,000 lempiras ($382) con intereses incluidos y un moño político de agradecimiento.
Pero según Cálix, el supuesto pago no es más que “show y pantalla”, porque el cheque —como la promesa de la CICIH— nunca llegó a destino. O al menos no a sus manos.
Jorge, te respondo por aclarar, porque no vale la pena estar en temas tan pequeños, la figura de un líder se mide por la altura de los temas que enfrenta. Gracias de nuevo por el apoyo que diste en su momento, yo no soy mal agradecido, ni traidor. El cheque de caja para… pic.twitter.com/ACvZAh4bN2
— Enrique Reina (@EnriqueReinaHN) June 17, 2025
¡Cheque va, cheque viene, cheque nadie lo quiere!
Reina, en su intento por dar punto final a este escándalo de baja denominación y alto voltaje, volvió a la carga con un mensaje más largo que la cola del Registro Nacional de las Personas:
“Jorge, te respondo por aclarar, porque no vale la pena estar en temas tan pequeños (…) Te lo mandaré hoy nuevamente. Es por Lps. 10,000.00 con eso recibes la devolución, más los intereses…”
Lo curioso es que, como en todo buen culebrón, lo que debería ser simple —una transferencia, un depósito, una llamada de *“mirá, te lo mandé por un rapidito”— se ha convertido en una saga bancaria con tintes personales y vendettas emocionales. Reina no solo recalca que mandó el cheque dos veces, sino que lanza una de esas frases que huelen a indirecta con perfume de traición:
“Espero lo recibas y no sigas con tus mentiras… imagino la frustración que tenés y te llevarás otra grande el 30 de noviembre (fecha de las elecciones generales)”.
¿Y el pueblo? Bien, gracias (viendo el show desde la grada)
Mientras tanto, el pueblo hondureño asiste con palomitas en mano al nuevo reality show electoral. Porque entre cheques que no se cobran, exsocios que se acusan de Judas, y diputados que lanzan facturas por redes sociales, las propuestas de país se pierden en un mar de tuits cargados de drama, reclamos y veneno digital.
Y por si faltaba sazón, la diputada Iroshka Elvir (diputada y esposa del candidato presidencial liberal, Salvador Nasralla) también entró al ring en la víspera)repartiendo sablazos con la elegancia de una gladiadora tuitera:
“Al menos da gracias a Salvador Nasralla, que por el trabajo que tenés pudiste saldar las deudas económicas que tenías con Jorge Cálix.”
Zas. Y sin anestesia.
Campaña versión Reina del Sur
Con las elecciones del 30 de noviembre en el horizonte, los actores políticos parecen más interesados en hacer trending topic sus rencillas personales que en debatir propuestas de Estado. Porque mientras los temas de fondo (salud, educación, seguridad) esperan paciente turno en la agenda nacional, los cheques sin cobrar y los reproches del pasado dominan el prime time político.
En resumen, Honduras no solo vive una campaña electoral: vive una tragicomedia con elenco de lujo, libreto cambiante y, como en toda buena telenovela, un protagonista que se niega a pagar el cheque… o al menos, no logra que se lo acepten.
¿Final feliz? Difícil. ¿Temporada nueva? Segurísimo.
Mientras tanto, Jorge espera su cheque. Y el país, una propuesta seria.