Costa Rica inició este lunes 1 de septiembre las celebraciones de su mes patrio con un acto solemne y cívico: la izada de las banderas provinciales a las seis de la mañana, encabezada por la Guardia de Honor de la Benemérita Fuerza Pública.
En contraste, en Nicaragua, los trabajadores estatales y estudiantes fueron obligados a participar en actividades partidarias bajo el control de la pareja gobernante Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Costa Rica: tradición democrática y sentido cívico
En territorio costarricense, la bandera tricolor se elevó en plazas, colegios, instituciones del Estado y hasta en viviendas particulares, reflejando un profundo sentido de identidad nacional.
Bajo el lema “Libertad, cultura y bienestar: Uniendo pasado, presente y futuro”, el Ministerio de Educación Pública anunció que más de un millón de estudiantes participarán en desfiles, faroles, mascaradas y bailes típicos a lo largo de septiembre, conmemorando los 204 años de independencia.
Las celebraciones se enmarcan en una tradición democrática que busca fortalecer los valores de libertad, civismo y unidad.
Según el Ministerio de Educación Pública, cada centro educativo organizará actividades pedagógicas y culturales que destacan la riqueza histórica y cultural del país, sin banderas partidarias ni consignas políticas.
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Nicaragua: fiestas teñidas de proselitismo
Mientras tanto, en Nicaragua, las fiestas patrias fueron inauguradas este 1 de septiembre con “dianas” y caravanas organizadas por las alcaldías bajo órdenes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Trabajadores estatales, policías, bomberos y estudiantes fueron obligados desde las cinco de la mañana para desfilar con las banderas nacionales y las rojinegras del partido oficial, en actos transmitidos en medios oficiales bajo el lema «Todos somos San Jacinto».
Fuentes municipales denunciaron que las convocatorias llegaron a través de los grupos de la Unidad de Victoria Electoral (UVE), que son grupos de espionaje social del régimen, con asistencia obligatoria bajo amenaza de represalias laborales.
Dos modelos opuestos
En algunos municipios, como San Marcos, Masaya, Camoapa y Paiwas, los funcionarios fueron obligados a marchar vestidos con uniforme laboral, prolongando su jornada en beneficio de las actividades partidarias.
Junto a los símbolos del Frente Sandinistas, los estudiantes y trabajadores públicos son obligados a portar carteles y retratos de la pareja dictatorial Ortega-Murillo, como si se tratara de “héroes de la patria”.
Las escenas muestran el antagonismo de 2 modelos: mientras Costa Rica mantiene intacta la esencia de la conmemoración cívica, centrada en estudiantes, familias y símbolos patrios, Nicaragua vive unas fiestas nacionalizadas por el partido en el poder, donde la bandera rojinegra del FSLN se impone junto al azul y blanco de la patria.
El contraste revela la diferencia entre una democracia estable, que fomenta la participación ciudadana desde la educación y la cultura, y una dictadura dinástica que utiliza la historia patria para reforzar su control político.