La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murilo ejecutan una inédita persecución contra excomandantes guerrilleros, militares en retiro y operadores políticos clave del aparato de poder que los sostuvo durante décadas, en una ola de represalias que incluye arrestos, investigaciones patrimoniales y fugas de altos cuadros, en medio de un clima de paranoia y desconfianza interna.
Fuentes vinculadas Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), confirmaron a medios independientes que el exjefe de la temida Seguridad del Estado en los años ochenta, coronel en retiro Lenin Cerna, logró escapar junto a su esposa, la excontralora Marisol Castillo, en medio de una investigación secreta en su contra.
“Está en movimiento, resguardado en casas de seguridad. Desde el lunes, su vivienda permanece a oscuras y tomada por la policía”, indicó una fuente citada por el portal Divergentes.
La fuga de Cerna se habría producido el mismo día del arresto de Bayardo Arce Castaño, uno de los comandantes históricos del sandinismo, capturado la noche del 30 de julio en su residencia de Villa Fontana, en Managua.
Arce fue hasta hace pocos meses asesor económico de Ortega y uno de los cerebros detrás del modelo de acumulación del régimen.
El arresto ocurrió antes de una inusual nota oficial de la Procuraduría General de la República (PGR), que anunció una investigación en su contra por supuestos malos manejos empresariales.
Según la PGR, Arce se negó a brindar información en una primera comparecencia y no respondió a una segunda convocatoria, tras lo cual la Policía orteguista lo capturó.
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El temido Cerna
Lenin Cerna, de 72 años, fue sancionado en octubre de 2022 por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, que lo acusó de ser parte del círculo de represión y enriquecimiento ilícito del régimen Ortega-Murillo.
Según el comunicado oficial, Cerna “utilizó su posición para manipular instituciones del Estado y facilitar el control autoritario del país”, lo que llevó a la congelación de todos sus bienes en EE.UU. y la prohibición de transacciones con ciudadanos estadounidenses.
Históricamente, Cerna fue uno de los hombres más cercanos a Daniel Ortega y artífice de las operaciones de inteligencia del FSLN desde los años de la lucha armada. Su caída en desgracia revela una creciente fractura dentro del bloque de poder sandinista.

Ola de represalias internas
La purga incluye también a otras figuras emblemáticas del viejo sandinismo, como el general en retiro Álvaro Baltodano, quien dirigió por años la agencia ProNicaragua encargada de las inversiones extranjeras.
Aunque no hay comunicados oficiales sobre su situación legal, versiones extraoficiales apuntan que a Baltodano lo condenaron a 20 años de prisión, le confiscaron sus bienes y lo aislaron en una celda de máxima seguridad.
Analistas interpretan estos movimientos como señales de un proceso de depuración profunda dentro del FSLN, impulsado por Rosario Murillo, en su estrategia de consolidar un control absoluto sobre las estructuras partidarias, económicas y de seguridad.
La desconfianza ha alcanzado a antiguos compañeros de armas de Ortega, ahora convertidos en posibles amenazas internas.
“Están aterrados con sus propias sombras. Temen traiciones desde dentro del círculo, por todo lo que han hecho y todo lo que saben”, declaró bajo anonimato un exdirigente sandinista a este medio centroamericano.
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Sin concesiones a militantes
El régimen no ha mostrado intención de cesar la persecución. La narrativa oficial apunta a supuestos delitos financieros, pero fuentes cercanas al Frente Sandinista coinciden en que se trata de una limpieza política con el objetivo de reducir cualquier disidencia interna.
Con Bayardo Arce detenido y Lenin Cerna en fuga, Ortega y Murillo confirman que ni los más leales del pasado están a salvo, dijo a este medio la misma fuente sandinista desde Nicaragua.
“La nueva etapa del régimen se consolida como una dictadura familiar blindada por la fuerza y sostenida por el miedo. La represión, antes dirigida a opositores y críticos, ahora se vuelve hacia adentro”, dijo el veterano ex sindicalista sandinista.