La popularidad del presidente de Panamá, José Raúl Mulino, continúa en descenso. De acuerdo con la última encuesta Vea Panamá, elaborada por Prodigious Consulting y el medio La Estrella de Panamá, un 76.3 % de la población desaprueba la gestión del mandatario, reflejando una fuerte pérdida de confianza ciudadana desde enero pasado.
La medición, realizada en ocho de las diez provincias del país con entrevistas cara a cara a 1,503 personas, muestra que apenas un 17.7 % de los encuestados avala positivamente la labor del jefe de Estado. Esta cifra contrasta con el respaldo del 57.2 % que registraba Mulino a inicios de este año. El estudio tiene un margen de error del 2.5 %.
En cuanto al nivel de confianza, el 62.1 % de los panameños indicó sentir desconfianza hacia el presidente: un 32.6 % afirmó tener poca confianza y un 29.5 % manifestó tener muy poca. Solo un 8.2 % declaró confiar plenamente en la administración de Mulino, mientras que un 27.8 % expresó una postura moderada.
La percepción general del rumbo del país también es negativa. Un 77 % considera que el gobierno va por un mal camino, frente a un 16.8 % que lo ve con optimismo. Al consultar sobre el futuro nacional bajo esta administración, el 46.3 % expresó pesimismo, un 37 % se mantuvo neutral y solo un 15 % se mostró optimista. En enero, el panorama era distinto: un 43.9 % era optimista y solo un 16.2 % era pesimista.
La mala imagen del Ejecutivo se extiende también al gabinete. Según la misma encuesta, ninguno de los 17 ministros evaluados alcanza una calificación de 5 sobre 10 en cuanto a gestión. La ministra de Cultura, Maruja Herrera, obtuvo la nota más alta con 4.9, seguida por Roberto Linares (Desarrollo Agropecuario) con 4.8 y Juan Carlos Navarro (Ambiente) con 4.7.
Otros funcionarios como José Ramón Icaza (Asuntos del Canal) y Julio Moltó (Comercio e Industria) registraron una puntuación de 4.3, mientras que Felipe Chapman (Economía y Finanzas), Frank Ábrego (Seguridad) y Beatriz Carles (Desarrollo Social) cerraron con 4 puntos. A inicios del año, varios ministros superaban calificaciones de 6 puntos, lo que confirma un deterioro en la valoración pública del gobierno.