El jefe de del Estado Mayor de Honduras, general Roosevelt Hernández, desmintió hoy las acusaciones que lo vinculan a él y a las Fuerzas Armadas con actividades políticas, tras las solicitudes de algunos sectores para su interpelación en el Congreso Nacional.
En un pronunciamiento, Hernández destacó que los militares son “obedientes, no deliberantes”, y reafirmó el compromiso de la institución de actuar conforme a las órdenes de la comandante general de las Fuerzas Armadas, respetando en todo momento el marco institucional.
Durante una jornada de oración celebrada en el Campo de Parada Marte, el jefe castrense insistió en que su carrera militar, que se extiende por 39 años, ha estado completamente desligada de cualquier influencia partidaria.
A pesar de que su familia proviene de corrientes nacionalistas por parte de su padre y liberales por parte de su madre, Hernández enfatizó que nunca ha tenido afinidades políticas, especialmente con el Partido Libre, que, según sus palabras, “no había nacido” cuando él comenzó su carrera en las fuerzas armadas.
“Soy una persona que, con 56 años de edad, ha estado ajeno a las influencias partidarias. Jamás nos hemos inmiscuido en esos aspectos”, afirmó.
En su intervención, Hernández también hizo un llamado a la tranquilidad y a la confianza en las instituciones, asegurando que las elecciones generales del próximo 30 de noviembre se llevarán a cabo de manera limpia y transparente, a pesar de los ataques mediáticos que, según él, están tratando de generar incertidumbre en el proceso.
En más de una ocasión, Hernández ha externado públicamente opiniones de simpatía con los planes del oficialismo y su papel en las elecciones primarias del 9 de marzo ha sido cuestionado por los problemas logísticos causado por el ejército y por su confrontación con la presidenta del Consejo Nacional Electoral.