Un tenso intercambio de mensajes a través de la red social X (antes Twitter) encendió la polémica entre el canciller de Honduras, Enrique Reina, y el general en retiro Romeo Vásquez Velásquez, a raíz de una carta pública en la que este último instó a las Fuerzas Armadas a no dejarse instrumentalizar por el gobierno y a “defender la democracia”.
Vásquez Velásquez, quien enfrenta una orden de captura por su presunta implicación en un homicidio ocurrido en 2009, reapareció públicamente con un mensaje dirigido a la institución castrense. En su carta, el exjefe militar advirtió sobre lo que considera un intento del actual gobierno de socavar las bases democráticas del país.
La respuesta del canciller Reina no tardó. A través de un mensaje, acusó a Vásquez Velásquez de haber sido “la mano operadora de un golpe de Estado” y de obedecer a “intereses oscuros y de pequeños grupos”.
Romeo obedeció a intereses oscuros, y de pequeños grupos, violó la constitución y las leyes, siendo la mano operadora de un golpe de estado, violentó los Derechos Humanos, provocó el aislamiento de Honduras de la comunidad internacional y dejó una institucionalidad frágil y unas… pic.twitter.com/j887IKaPgG
— Enrique Reina (@EnriqueReinaHN) April 21, 2025
Reina señaló que las acciones del general retirado provocaron “el aislamiento de Honduras de la comunidad internacional” y el desprestigio de las Fuerzas Armadas, allanando el camino hacia un “narco-Estado”.
“Ahora quiere aparecer de patriota y busca incentivar el desorden reinventando su propia farsa. El cinismo mágico en persona”, remató el diplomático.
Vásquez Velásquez, por su parte, contraatacó diciendo que el verdadero cinismo es del gobierno actual.
“Yo no hice pactos con narcos ni con Hugo Chávez. Yo defendí la Constitución y obedecí a la Corte Suprema cuando su jefe y expresidente quiso convertir Honduras en otra Venezuela. No me doblegaron antes, no lo harán ahora”, escribió.
El canciller respondió nuevamente afirmando que “la justicia no es persecución política” y acusó al general retirado y al expresidente interino Roberto Micheletti de ser “maestros de la persecución política” y autores de violaciones a los derechos humanos y a la Constitución durante la crisis de 2009.
“Ahora quieren aparecer como víctimas cuando han sido los victimarios. Eso no se los cree nadie en el mundo, ni en Honduras”, sentenció Reina.
El cruce de mensajes refleja las profundas divisiones que aún persisten en la sociedad hondureña más de una década después del golpe de Estado que sacudió al país en 2009, y reabre el debate sobre el papel de las Fuerzas Armadas en la política nacional.