A menos de cinco meses de las elecciones presidenciales de febrero de 2026, las encuestas de intención de voto en Costa Rica han generado un intenso debate. Esto se debe a los resultados contradictorios que han publicado distintos centros de medición.
Los estudios más recientes, elaborados por el Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica (UCR), y las firmas privadas Opol Consultores y CID Gallup, ofrecen panoramas electorales muy distintos.
El punto de coincidencia es el alto nivel de indecisión ciudadana, aunque con cifras divergentes. La UCR calcula un 57% de personas sin candidato definido, Opol lo reduce a un 28% y CID Gallup lo ubica en apenas un 12%.
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Guerra de encuestas
En cuanto a los aspirantes, las diferencias son aún más marcadas. Según Opol, la candidata oficialista Laura Fernández, del partido Pueblo Soberano, encabeza la intención de voto con un 27,6%, muy por encima de Álvaro Ramos, del histórico Partido Liberación Nacional (PLN), que obtiene un 8,4%.
El CIEP-UCR, en cambio, atribuye a Fernández solo un 12% y concluye que “no hay un liderazgo dominante” en esta etapa.
El mismo estudio incluyó al presidente Rodrigo Chaves, pese a que no puede optar a la reelección inmediata, con un 7% de apoyo. Ramos, en esta medición, figura con apenas un 6%.
La encuesta más reciente de CID Gallup, divulgada un día después del estudio universitario, volvió a colocar a Fernández en primer lugar con un 28%. Le siguen Fabricio Alvarado, de Nueva República, con un 14%, y Ramos con 9%.
Riesgo de balotaje y falta de liderazgo claro
El sistema electoral costarricense establece que un candidato necesita al menos un 40% de los votos válidos para evitar una segunda vuelta.
Según CID Gallup, Fernández se encuentra a 12 puntos de alcanzar esa meta, lo que la situaría como la única aspirante con una ventaja clara sobre sus rivales.
El CIEP-UCR, sin embargo, subraya que la cifra de indecisos es la más elevada desde 2014. Esto refleja un escenario fragmentado, similar al de las tres últimas elecciones, todas resueltas en balotaje.
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Debate sobre metodologías
La discrepancia entre los resultados ha abierto un debate público sobre las metodologías de las encuestas, el peso del margen de error y la objetividad de las firmas que las producen.
Analistas recuerdan que, en procesos anteriores, los sondeos también mostraron diferencias marcadas, lo que genera incertidumbre entre partidos y votantes.
En este contexto, las organizaciones políticas afinan estrategias para captar el voto indeciso en un país con una tradición democrática sólida, pero con una ciudadanía cada vez más desconfiada de las instituciones y con menor identificación partidaria.