Bukele rinde informe anual sin anuncios de gobierno: “Prefiero que me llamen dictador a volver a contar muertos”

Criticó a la oposición, a los medios de comunicación que lo atacan siguiendo una agenda “internacional y de intereses” y negó la persecución de sus críticos. Defendió su política de seguridad de mano dura y sostuvo que el país va por el rumbo correcto.

Nayib Bukele, presidente de El Salvador, al presentar su informe anual de gobierno en el Teatro Nacional, en San Salvador.

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ofreció este domingo su informe oficial por el primer año de su segundo mandato consecutivo, en un discurso de más de una hora desde el Palacio Nacional. En la alocución, no presentó nuevos anuncios de políticas públicas ni iniciativas de gobierno, sino que se enfocó en una defensa de su gestión, especialmente en materia de seguridad, y en reafirmar su mensaje sobre el cambio político en el país.

“Me tiene sin cuidado que me llamen dictador. Prefiero que me llamen dictador, pero que los salvadoreños podamos vivir en paz”, enfatizó el mandatario.

Bukele, quien fue reelegido en 2024 tras una polémica interpretación constitucional que permitió su participación, centró su mensaje en destacar que El Salvador ha dejado atrás —según sus palabras— décadas de control por parte de pandillas, corrupción e injerencia extranjera.

“El Salvador de hoy no se parece en nada al que recibimos tras décadas de terror y explotación”, afirmó. “El país que heredamos ni siquiera era verdaderamente nuestro”, agregó, insistiendo en que ahora “le pertenece al pueblo salvadoreño”.

Un discurso sin nuevas propuestas

A diferencia de otros informes presidenciales, Bukele no utilizó la ocasión para presentar nuevas leyes, proyectos o programas gubernamentales. Su discurso se limitó a repasar lo que considera los principales logros de su gestión y a reafirmar su visión sobre el rumbo del país.

“No digan que no se ha hecho nada”, dijo, citando como ejemplo los agromercados y el plan para ampliar el viaducto Francisco Morazán. Sin embargo, ambos fueron mencionados brevemente, sin fechas, cifras ni detalles técnicos.

También reiteró su postura frente a las críticas internacionales por las medidas de seguridad implementadas bajo el régimen de excepción, vigente desde 2022. “Prefiero que me llamen dictador a ver cómo matan salvadoreños en las calles”, afirmó.

Críticas al pasado y a la comunidad internacional

El mandatario dedicó una parte importante de su discurso a cuestionar gobiernos anteriores, organizaciones de derechos humanos y medios de comunicación que critican su estilo de gobierno. Aseguró que la “democracia del pasado” ofrecía solo “la opción mala y la peor”, y sostuvo que quienes se oponen a su modelo lo hacen “porque vivían del crimen”.

Sobre la cooperación internacional, Bukele defendió la reciente aprobación de la Ley de Agentes Extranjeros, que impone un impuesto del 30% a organizaciones financiadas desde el exterior. “Vamos a permitir la injerencia extranjera, pero lo mínimo es que paguen impuestos”, sostuvo.

También ironizó sobre las acusaciones de alineamientos geopolíticos. “Primero dijeron que nos vendimos a China, luego a Estados Unidos. ¿Cómo así? ¿Nos vendimos a los dos?”, dijo en tono sarcástico.

Balance del primer año 

El informe no incluyó un plan de gobierno para los próximos años ni profundizó en temas clave como economía, empleo, inflación, educación o salud. Tampoco abordó la situación fiscal del país, el impacto social del régimen de excepción, ni el funcionamiento de los contrapesos institucionales.

Bukele cerró su intervención afirmando que El Salvador es ahora un referente internacional. “Ya logramos lo imposible. Pero nuestro trabajo apenas comienza”, dijo, aunque sin precisar cuáles serán los próximos pasos de su administración.

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